Daniel Claro Mimica

  Ing. Agrónomo M. Agr. Sci.

www.goldensheep.cl

 

La cantidad de corderos vendidos, por oveja y por hectárea, es la clave de la producción de carne ovina, principal actividad de los ovejeros del sur. En este proceso biológico, manejado y administrado por el hombre, se conjugan muchos factores, donde lo único incontrolable es el clima durante el periodo de pariciones, aunque su efecto se puede minimizar con medidas específicas de manejo.

Sin ninguna duda la primera meta es lograr un alto porcentaje de corderos nacidos. No es ninguna novedad que aquí la genética es la que manda, teniendo como extremos a las razas Finnish Landrace y Romanov, con camadas de 3,5 a 5 corderos  por oveja. Esta altísima prolificidad no va acompañada con una correspondiente producción de leche y alta calidad carnicera, por lo que no se utilizan directamente en producción comercial. Además porque es muy difícil evitar una alta mortalidad de los corderos. La raza Finnish Landrace ha sido muy importante como componente de hasta un 25% de algunas razas compuestas, para aumentar el porcentaje de corderos nacidos

En una situación intermedia se encuentra la raza East Friesian, que reúne muy buenas características productivas, como una prolificidad promedio de 250%; muy alta producción de leche y carne magra, habiendo ganado un alto prestigio como participante de al menos un 25% en las modernas razas compuestas.

En el otro extremo está el Merino Australiano con  sólo 0,8 corderos nacidos, que se adapta muy bien a la escasez generalizada de alimento, en las áridas regiones, donde se  utiliza con el objetivo principal de producir lana muy fina, de alta calidad y valor comercial.

Las razas modernas tienen como objetivo producir 2 corderos en promedio,  gracias a su selección y composición genética.  Para ello lo ideal sería que todos los corderos nacieran como mellizos, evitando los trillizos. Lamentablemente por ahora esto no es posible, pues a medida que la raza se acerca a producir un promedio de dos corderos, va cambiando el aporte de las distintas categorías de nacimientos.

Hasta un 150% de prolificidad no se registran partos triple, teniendo un 50% de partos simples y 50% de partos dobles. Al sobrepasar esa meta, el porcentaje de partos dobles se mantiene cercano al 50%, pero los partos únicos van siendo reemplazados inevitablemente por partos triples en forma creciente, hasta llegar a un 20-25% de partos únicos; 50-55% dobles y 20-25% de partos triples.

Este cambio radical en productividad, gracias al avance de la genética, debe ser necesariamente acompañado por un importante cambio en el manejo del rebaño, comenzando con la nutrición en el último mes de preñez. Cuando la prolificidad es intermedia, cercana al 150%, es útil el empleo del escaneo para separar gestaciones simples de dobles. Cuando la prolificidad es alta, entonces no vale la pena escanear, sino que lo lógico es considerar que todo el rebaño tiene potencial de partos dobles, aumentando el aporte nutricional acorde a dichos requerimientos.

Con la nutrición programada para partos múltiples, evitamos el riesgo de la enfermedad metabólica toxemia de preñez en las ovejas y aseguramos un adecuado peso de nacimiento de los corderos mellizos y trillizos.

El peso de nacimiento de los corderos es fundamental para aumentar sus posibilidades de sobrevivir a las críticas primeras horas de vida, en particular en periodos de mal tiempo. El  peso de nacimiento recomendable para corderos únicos es de 5 a 5,5 kg. Para mellizos 4,5 a 5 kg cada uno y para trillizos 4 a 4,5 kg cada uno. Hay que considerar que bajo los 3 kg de peso al nacer, las posibilidades de sobrevivir las primeras 24 horas se reducen considerablemente y se hacen casi nulas durante un temporal de viento más lluvia.

La mortalidad natural de los corderos está muy asociada al peso y tipo de nacimiento, incluso con buenas condiciones climáticas, siendo de 5 a 10% para corderos únicos; 15 a 20%  en mellizos y sobre 35% para corderos trillizos. En una noche de temporal puede morir fácilmente el 50% de los corderos nacidos.

En un sistema intensivo de producción de carne ovina, con genética de alta prolificidad, produciendo  más de 190% de corderos nacidos, además de una carga animal alta, cercana a  15 ovejas/ha, se requiere un manejo especializado, desde el parto hasta la primera semana de vida, periodo en el cual se produce el 95% de la mortalidad de los corderos. El objetivo es reducir al máximo la mortalidad en los primeros días, en particular cuando el 90% de los corderos son de nacimiento múltiple, con un elevado potencial de mortalidad.

Mientras más pequeña es una explotación ovina, resulta de mayor importancia económica aumentar la producción de corderos vendidos, pues este negocio depende en forma muy importante del volumen comercializado.

El aumento del número de corderos nacidos es la etapa que se alcanza con mayor facilidad, pues depende principalmente de contar con una raza moderna de alta prolificidad, con cambios menores en el manejo, luego de haber mejorado las praderas.

Lo más complejo es evitar la mortalidad de los corderos mellizos y trillizos, que son componentes indispensables del aumento en la producción. Ya indicamos que el primer paso es obtener corderos de buen peso al nacer, dentro de los rangos superiores de su tipo de nacimiento, respaldado por un adecuado nivel de nutrición en el último mes de preñez.

Un cambio innovador e indispensable es asegurar la sobrevivencia de los corderos nacidos vivos. Aquí el uso de un galpón de ahijamiento, con corrales individuales para alojar a las ovejas recién paridas, es una herramienta indispensable. De esa forma se evita en forma muy significativa el deshijamiento de los mellizos y trillizos en los 3 primeros días de existencia. Es en ese período donde los corderos establecen un fuerte vínculo para identificarse con su madre, por la vía del olfato. De no reforzarlo con este manejo, se produce un importante deshijamiento, en especial para los corderos mellizos y trillizos, más aún cuando se trabaja con cargas altas, donde en pocas hectáreas se acumulan muchas ovejas recién paridas. Allí los corderos se confunden de madre o son abandonados por ellas. Incluso hay frecuentes casos de ovejas que aún no han parido y que le roban los corderos a ovejas con menor instinto materno. Así mueren muchos corderos sanos y robustos, con buen clima, en forma innecesaria y totalmente evitable.

El trabajo de encerrar en el galpón a las ovejas recién paridas es bastante sencillo en rebaños pequeños, pero aumenta y se complica en la medida que el rebaño es de mayor tamaño. A pesar de la dificultad es uno de los manejos más rentables del año para una ovejería intensiva.

El uso del galpón permite también pegar corderos huérfanos en ovejas que han perdido sus crías y también suplementar con sustituto lácteo a corderos más débiles.

El período de permanencia en el galpón es de dos a tres días. En caso de mal tiempo y dependiendo de la disponibilidad de espacio se puede mantener bajo la protección del galpón a los corderos más débiles por más tiempo, particularmente en el caso de trillizos, para asegurar su sobrevivencia.

Los corrales de ahijamiento son desarmables y se instalan para la época de pariciones en algún galpón ya existente. Ocupan un espacio de 1 metro cuadrado cada uno.

En nuestro caso con 1500 vientres y donde el 90% de los corderos son mellizos y trillizos, si no utilizáramos el proceso de ahijamiento y protección inicial, el porcentaje de mortalidad debería ser no menor al 23% de los corderos nacidos, perdiendo una parte importante de lo ganado con la genética de alta prolificidad.

En esta temporada hasta el momento y a pesar de las frecuentes lluvias y fuertes vientos hemos tenido resultados muy exitosos, con un 6% de mortalidad al nacer a potrero; 1% de mortalidad durante el tiempo de permanencia en el galpón y 3% de mortalidad a potrero en la primera quincena de lactancia.

Para apreciar la importancia económica del esfuerzo realizado en cuidar de los corderos recién nacidos, a manera de ejemplo en un rebaño de 100 ovejas nacen 195 corderos y normalmente, sin grandes problemas climáticos, deberían morir 45, quedando 150 corderos vivos al destete. En esta temporada si logramos mantener nuestras cifras, con la reducida mortalidad, deberíamos obtener 175 corderos al destete. O sea, por cada 100 ovejas paridas se pueden vender 25 corderos adicionales. Por eso el esfuerzo realizado durante las 6 semanas de pariciones es el más rentable de todo el año.