Categoría: Manejo (Page 1 of 2)

DATOS PRACTICOS SOBRE LA REPRODUCCION DE LAS OVEJAS

FLUSHING:

El manejo nutricional de un rebaño de ovejas en el periodo previo a su fecundación se conoce como FLUSHING.

Esta técnica fue estudiada originalmente, en los años 60, en Nueva Zelandia, Lincoln University por el profesor Emérito Sir IAN COOP, de quien tuve la suerte de ser uno de sus alumnos y colaborar en terreno en el estudio de este manejo.

Luego de unos 10 años de trabajo, con varios miles de observaciones en terreno, el Dr Coop concluyó que el Flushing tiene dos componentes principales que interactúan y se complementan entre sí, para aumentar el número de óvulos producidos por la oveja previo a su fecundación.

COMPONENTE DINÁMICO:

Es el efecto en la producción de óvulos ocasionado por una ganancia de peso de la oveja en los 20-30 días antes de quedar fecundada, A mayor ganancia diaria de peso hay un mayor aumento en la cantidad de óvulos..

Mientras más flaca está una oveja, al mejorar su nutrición, la ganancia diaria de peso es más fácil. Por eso una oveja flaca gana peso mucho más rápido que una oveja gorda. Simultáneamente al aumentar su peso aumenta el efecto del componente estático

El cambio de peso no es gratis. Ganar 1 kg de peso requiere 55 Mega Joules de Energía Metabolizable, mientras que cada kilo de peso perdido solo aporta 30 Mega Joules de Energía Metabolizable. Por eso convertir la grasa de reserva en energía es poco eficiente y en general lo más conveniente es mantener a la oveja TODO EL AÑO en una condición corporal buena, 3 a 3,5, evitando que tenga perdidas importantes en los periodos críticos, que no solo significan una baja eficiencia en el uso del forraje, sino también altos riesgos de enfermedades metabólicas y muertes.

Parte importante del del proceso productivo de la oveja es saber MANEJAR su peso en la forma más eficiente, en base al consumo de praderas de alta calidad y recurriendo a suplementación estratégica en periodos críticos.

COMPONENTE ESTATICO:

Cada raza tiene un peso vivo máximo posible, determinado por su genética.  Una oveja muy flaca al momento del encaste, bajo condición corporal 2, NO ENTRA EN CELO.

Por cada 10 kg de mayor peso corporal, aumenta el número de óvulos producidos en un 20%.   Lamentablemente hay una enorme pérdida de óvulos hasta que se convierten en fetos pero, aun así, a menor porcentaje de óvulos producidos, mucho menor es la producción de corderos

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Con ovejas de condición corporal 3 a 3,5 previo al encaste, es muy difícil lograr ganancias de peso adicional en un corto periodo como para lograr un efecto dinámico y lo ya logrado por su peso estático es más que suficiente para una excelente prolificidad. Por lo tanto, bajo esa situación no es rentable sobrealimentar a las ovejas, solo es necesario preocuparse que mantengan su peso en una buena pradera.

ESTRO O CELO:

La oveja es poliéstrica estacional, pues en forma natural solo se reproduce en un periodo del año, en Otoño, entrando en celo cuando se acorta la luz del día. Este proceso es gobernado por un conjunto de hormonas que se activan con el fotoperiodo. Mientras mas cercano a la línea ecuatorial hay muy poca diferencia entre horas luz y hora oscuridad, por lo que las ovejas van perdiendo la estacionalidad y se reproducen casi todo el año. También la raza tiene su efecto habiendo algunas de ciclo mas largo que el promedio. Mientras más lejos del ecuador menor es la duración de la temporada reproductiva

En la temporada reproductiva la oveja ovula en promedio cada 17 días con un rango de 15 a 19 días, En la primera ovulación de la temporada no hay celo visible, que se presenta solo a partir del segundo ciclo.

La duración del celo en ovejas adultas es de 28 horas, mientras que en borregas es solo de 18 horas. Además, las ovejas adultas buscan al carnero mientras que las borregas no. Por eso es fundamental que ambas categorías de hembras tengan un encaste en potreros separados

EMBRIONES:

Hoy día sabemos muy poco sobre las perdidas fetales y mucho sobre la tasa de ovulación

En Nueva Zelandia, en las mejores explotaciones, se pierde un 41% de los corderos escaneados como mellizos a los 70 días de preñez, por lo que difícilmente se sobrepasa el 160% de prolificidad, mientras que las pérdidas son aún mayores en las ovejas escaneadas como trilliceras, donde el 21% pare únicos; el 29 % mellizos y solo el 50% pare trillizos.

Nuestros resultados indican que entre 145% y 170% de prolificidad hay muy pocos partos trilliceros, cercano al 3%, mientras que bajo 145% de prolificidad, los partos trilliceros solo alcanzan al 1%

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Con prolificidades superiores al 170%, la mayor variación se produce en los partos únicos que bajan notoriamente, siendo reemplazados por partos triples, mientras que los partos dobles se mantienen cercanos entre el 50% y 60%%, siendo normal un 25% de partos únicos, 60% melliceros y 15% trilliceros  Es un enorme cantidad de corderos trillizos.

Tener partos trilliceros es complicado y hay que tener un manejo especial para evitar que la mayoría de los trillizos muera el primer día de vida.

Hoy día la utilidad en producción comercial de carne de cordero se logra con altos porcentajes de prolificidad.

Lamentablemente es imposible producir solo mellizos, que sería lo ideal y disminuir los corderos únicos implica necesariamente hacerse cargo de un importante número de corderos trillizos. El esfuerzo vale la pena porque allí está la mayor parte de la utilidad del negocio.

PREÑEZ:

La duración de la preñez la determina principalmente el feto. Tiene una longitud promedio de 147 días, con un rango de 140 a 152 días. Las borregas tienen una preñez 3 días más corta que una oveja

El efecto de la calidad de la pradera en la engorda de corderos.

Para corderos de 35 kg de peso vivo se requiere un consumo diario de 9 Mega Joules de Energía Metabolizable para mantenimiento de su peso y 4,5 MJ adicionales para ganar 100 gramos diarios de peso.

La situación del consumo y ganancia de peso depende de la calidad de la pradera, particularmente del contenido energético.

Una pradera de baja calidad nutricional se caracteriza por una concentración de 10 MJ/kg de Energía Metabolizable/ kg de materia seca. El cordero gracias a su capacidad de seleccionar lo que consume eleva la concentración energética de su dieta a 10,5 MJ. El consumo potencial de forraje en esa pradera es de 1,2 kg de Materia Seca/día que multiplicado por la energía que aporta se traduce en un consumo de 12,6 MJ/día. De esa energía 9 MJ se destinan a la mantención del peso vivo y 3,6 quedan disponibles, de modo que el crecimiento diario máximo es de 50 gramos diarios.

Con una pradera de mejor calidad, con presencia de tréboles se eleva la concentración energética cosechable por el cordero a 11,5 MJ/kg de Materia Seca seleccionada y el consumo a 1,6 kg de Materia Seca/día. de modo que en este caso el consumo de energía se eleva a 18,6 MJ/día. Si restamos las 9 MJ requeridos para mantención, queda disponible para crecimiento 9,6 MJ con lo que el potencial de ganancia diaria es de 215 gramos de peso vivo.

En una pradera de alta concentración energética, con abundancia de tréboles, siete venas o chicoria, la concentración energética sube a 12,5 MJ/kg de Materia Seca y el consumo de forraje por parte del cordero llega a 1,7 kg de Materia Seca. De esta forma su consumo de energía se eleva  a 21,25 MJ de Energía Metabolizable/día, dejando una disponibilidad para crecimiento de 12,25 MJ En esta pradera el cordero sobrepasa los 300 gramos diarios de ganancia diaria de peso,

Sólo se puede engordar corderos con praderas de alto contenido energético y donde el consumo no sobrepase el 60% de la disponibilidad de materia seca ofrecida, para que el cordero pueda elegir su dieta

La calidad de la pradera no solo determina el consumo diario de materia seca que puede realizar un cordero, sino también la eficiencia con que la energía cosechada se transforma en ganancia de peso. Es fundamental contar con praderas con abundancia de tréboles, ojalá reforzada con siete venas y un manejo controlado del pastoreo para que la altura inicial no sobrepase los 15 cm y el ganado se cambie a otra franja cuando ya se ha consumido el 60% de la disponibilidad original. Así se permite que el cordero pueda elegir lo más nutritivo, dejando en el residuo el material más madura y de menor calidad, que se aprovecha con ovejas destetadas para dar un corte de limpieza

Con ganancias inferiores a 200 gramos diarios es mejor vender los corderos con el peso alcanzado a su destete.

ALGUNOS ASPECTOS DEL MANEJO DE PRADERAS CON OVINOS Y VACUNOS

                                                           Daniel Claro Mimica, Ing. Agrónomo M.Agr.Sci.
www.goldensheep.cl

Una creencia bastante difundida es la complementación entre ovinos y vacunos en el manejo de praderas, al utilizar un pastoreo mixto. El beneficio se logra solo con cargas medias a bajas, cuando sobra forraje. En manejos intensivos, con alta carga, ambas especies compiten por una cantidad determinada de forraje y no se complementan en absoluto

La primera diferencia entre estas especies nace de la forma de cosechar el pasto. Mientras la vaca arranca el forraje con su lengua, la oveja corta con los dientes y recoge con los labios. Así  la altura de corte es muy distinta, pues la oveja es capaz de cortar a ras de suelo, mientras la vaca deja un residuo mayor. Esta característica es de doble filo, pues se puede usar a la oveja como una máquina segadora para limpiar potreros pero si no se maneja bien se puede destruir una pradera.

Un aspecto poco conocido es el efecto de la diferencia en la altura del pastoreo en la ocurrencia de plagas de insectos que atacan a las praderas, como la cuncunilla y el gusano blanco. Estos insectos requieren praderas se sobre 15 cm de altura para la sobrevivencia de sus huevos. situación frecuente en explotaciones bovinas con cosecha de forraje. Cuando la altura de la pradera es menor a 10 cm, la luz ultravioleta del sol actúa como insecticida y además la superficie del suelo, donde están los huevos, se reseca con frecuencia. Ambos factores en conjunto no permiten el establecimiento de la plaga. Cuando hay que hacer control químico, no solo se aumentan los costos, sino que se destruye a las lombrices del suelo, que son de gran importancia para el reciclaje de nutrientes.

La variación de los requerimientos nutricionales de los vientres se utiliza para tratar de ajustarlos con la variación estacional del crecimiento de las praderas. Como el ciclo biológico de la oveja es mucho más corto,5 meses de gestación y 3 meses de lactancia, versus 9 meses de gestación y 6 de lactancia en las vacas de carne o 10 meses de ordeña, con requerimientos máximos  en la vaca lechera. Por eso es mucho más fácil y preciso el ajuste de la curva de requerimientos con la curva de crecimiento de la pradera en el caso de los ovinos.

En los vacunos el aprovechamiento directo de la pradera, que es el más eficiente y económico, está limitado, porque en primavera siempre se produce un excedente que hay que cosechar y un porcentaje de la superficie debe cosecharse mecánicamente.

 En ovinos, los requerimientos nutricionales de primavera de una oveja mellicera, aumentan 4 veces respecto a su periodo de gestación, lo que con una carga adecuada controla el exceso de forraje primaveral, no siendo necesaria la cosecha mecánica como herramienta de manejo de la pradera. Adicionalmente los elevados requerimientos bajan bruscamente hasta en 4 veces con el destete y venta de los corderos, que coincide con el término del máximo crecimiento de la pradera, lo que no ocurre en vacunos que continúan con altos requerimientos en verano, cuando la pradera crece a menor velocidad. 

En años de sequía se da la paradoja que el forraje cosechado en noviembre a un alto costo hay que usarlo en suplementar al ganado en febrero, situación que no ocurre en ovinos.

Estas diferencias biológicas permiten a la oveja cosechar directamente hasta un 90% del forraje producido, mientras en las vacas lecheras difícilmente se puede sobrepasar el 60%,pues en caso contrario se afecta fuertemente la producción de leche.

La cosecha de forraje es una necesidad inevitable en explotaciones con vacunos, no solo para el futuro forrajeo invernal, sino también para el manejo de la pradera . Este proceso no solo es de alto costo y también menos eficiente que el consumo directo del forraje.

Se producen importantes pérdidas en calidad y cantidad; primero en la cosecha, luego la más importante, en el proceso de conservación. En la elaboración de ensilaje se puede perder hasta un 30% en forma de gases durante la fermentación y en la henificación una lluvia puede arruinar la calidad del heno.

En ovinos se produce una importante pérdida del forraje ofrecido al momento de  su consumo, pues son muy selectivos y separan las hojas de los tallos, pudiendo perderse fácilmente sobre el 30%del forraje ofrecido, mientras que los vacunos consumen sin mayores pérdidas.

Una forma de disminuir la necesidad de cosechar praderas como suplemento alimenticio es el uso de cultivos forrajeros, muchos de los cuales se pueden utilizar con pastoreo directo.

En ovinos además se puede utilizar la suplementación con granos, que en la mayoría de los casos es mucho más conveniente que la cosecha de forraje. Las pérdidas en el consumo son mucho menores que con forrajes conservados. El grano se entrega entero sobre el suelo y el porcentaje no consumido, 10-15%, con las lluvias germina y es consumido como pasto. El proceso de forrajeo es muy eficiente, pues con una tolva fertilizadora modificada, una sola persona forrajea 1500 ovejas distribuidas en muchos potreros en solo 90 minutos. Con heno o ensilaje el proceso de forrajeo es muy lento y muchas veces requiere equipos especializados de alto costo, como en el caso de los bolos.

En resumen con ovinos se puede evitar la cosecha de forrajes, utilizando un pastoreo diferido de los excedentes de primavera, que en gran medida se controlan con el aumento del consumo de un rebaño mellicero y comprando granos para la suplementación invernal. En vacunos es indispensable cosechar los excedentes primaverales del forraje. Esta diferencia produce una parte importante de a ventaja de las ovejas en la utilización del forraje producido.

La mezcla forrajera tradicional de Nueva Zelandia ha sido Ballica perenne + Trébol blanco. En años recientes se ha popularizado el uso de mezclas forrajeras compuestas, donde se utilizan 2 a 3 variedades de Ballicas con diferentes fechas de floración; híbridos ballica-festuca; trébol blanco; trébol rosado; mezclas de tréboles subterráneos; hierbas forrajeras como siete venas y chicoria.

El resultado ha sido un aumento de  10 a  15% en la producción anual de materia seca. Sin embargo lo más importante ha sido la modificación de la tradicional curva de producción de forraje, con un aumento importante en la producción del verano; moderado en otoño y adelantando la producción de primavera. De esta forma la oferta de forraje es más pareja durante el año y se reduce en parte la necesidad de cosechar excedentes y suplementar al ganado.

Otra ventaja importante de estas praderas compuestas es el mejoramiento de la calidad nutricional, al aumentar significativamente el contenido de energía hasta en un 15%, mejorando en porcentaje similar la ganancia de peso y la producción de leche respecto a la pradera tradicional.

Finalmente otra diferencia biológica entre ovejas y vacunos, es la forma en que depositan sus excrementos. El vacuno concentra sus fecas en una superficie muy pequeña, produciendo una importante pérdida de nutrientes por lixiviación. Adicionalmente la pradera no puede crecer por falta de luz y alrededor del excremento, el exceso de nitrógeno produce un gran crecimiento, que es rechazado por el ganado. Para solucionar este problema se utiliza una rastra de neumáticos después de cada pastoreo.

El ovino distribuye mucho sus fecas “peletizadas” que se reincorporan rápidamente al ciclo de los nutrientes del suelo, sin afectar el crecimiento ni el consumo de la pradera.

COMO PRODUCIR MÁS CORDEROS

 Daniel Claro Mimica

  Ing. Agrónomo M. Agr. Sci.

www.goldensheep.cl

 

La cantidad de corderos vendidos, por oveja y por hectárea, es la clave de la producción de carne ovina, principal actividad de los ovejeros del sur. En este proceso biológico, manejado y administrado por el hombre, se conjugan muchos factores, donde lo único incontrolable es el clima durante el periodo de pariciones, aunque su efecto se puede minimizar con medidas específicas de manejo.

Sin ninguna duda la primera meta es lograr un alto porcentaje de corderos nacidos. No es ninguna novedad que aquí la genética es la que manda, teniendo como extremos a las razas Finnish Landrace y Romanov, con camadas de 3,5 a 5 corderos  por oveja. Esta altísima prolificidad no va acompañada con una correspondiente producción de leche y alta calidad carnicera, por lo que no se utilizan directamente en producción comercial. Además porque es muy difícil evitar una alta mortalidad de los corderos. La raza Finnish Landrace ha sido muy importante como componente de hasta un 25% de algunas razas compuestas, para aumentar el porcentaje de corderos nacidos

En una situación intermedia se encuentra la raza East Friesian, que reúne muy buenas características productivas, como una prolificidad promedio de 250%; muy alta producción de leche y carne magra, habiendo ganado un alto prestigio como participante de al menos un 25% en las modernas razas compuestas.

En el otro extremo está el Merino Australiano con  sólo 0,8 corderos nacidos, que se adapta muy bien a la escasez generalizada de alimento, en las áridas regiones, donde se  utiliza con el objetivo principal de producir lana muy fina, de alta calidad y valor comercial.

Las razas modernas tienen como objetivo producir 2 corderos en promedio,  gracias a su selección y composición genética.  Para ello lo ideal sería que todos los corderos nacieran como mellizos, evitando los trillizos. Lamentablemente por ahora esto no es posible, pues a medida que la raza se acerca a producir un promedio de dos corderos, va cambiando el aporte de las distintas categorías de nacimientos.

Hasta un 150% de prolificidad no se registran partos triple, teniendo un 50% de partos simples y 50% de partos dobles. Al sobrepasar esa meta, el porcentaje de partos dobles se mantiene cercano al 50%, pero los partos únicos van siendo reemplazados inevitablemente por partos triples en forma creciente, hasta llegar a un 20-25% de partos únicos; 50-55% dobles y 20-25% de partos triples.

Este cambio radical en productividad, gracias al avance de la genética, debe ser necesariamente acompañado por un importante cambio en el manejo del rebaño, comenzando con la nutrición en el último mes de preñez. Cuando la prolificidad es intermedia, cercana al 150%, es útil el empleo del escaneo para separar gestaciones simples de dobles. Cuando la prolificidad es alta, entonces no vale la pena escanear, sino que lo lógico es considerar que todo el rebaño tiene potencial de partos dobles, aumentando el aporte nutricional acorde a dichos requerimientos.

Con la nutrición programada para partos múltiples, evitamos el riesgo de la enfermedad metabólica toxemia de preñez en las ovejas y aseguramos un adecuado peso de nacimiento de los corderos mellizos y trillizos.

El peso de nacimiento de los corderos es fundamental para aumentar sus posibilidades de sobrevivir a las críticas primeras horas de vida, en particular en periodos de mal tiempo. El  peso de nacimiento recomendable para corderos únicos es de 5 a 5,5 kg. Para mellizos 4,5 a 5 kg cada uno y para trillizos 4 a 4,5 kg cada uno. Hay que considerar que bajo los 3 kg de peso al nacer, las posibilidades de sobrevivir las primeras 24 horas se reducen considerablemente y se hacen casi nulas durante un temporal de viento más lluvia.

La mortalidad natural de los corderos está muy asociada al peso y tipo de nacimiento, incluso con buenas condiciones climáticas, siendo de 5 a 10% para corderos únicos; 15 a 20%  en mellizos y sobre 35% para corderos trillizos. En una noche de temporal puede morir fácilmente el 50% de los corderos nacidos.

En un sistema intensivo de producción de carne ovina, con genética de alta prolificidad, produciendo  más de 190% de corderos nacidos, además de una carga animal alta, cercana a  15 ovejas/ha, se requiere un manejo especializado, desde el parto hasta la primera semana de vida, periodo en el cual se produce el 95% de la mortalidad de los corderos. El objetivo es reducir al máximo la mortalidad en los primeros días, en particular cuando el 90% de los corderos son de nacimiento múltiple, con un elevado potencial de mortalidad.

Mientras más pequeña es una explotación ovina, resulta de mayor importancia económica aumentar la producción de corderos vendidos, pues este negocio depende en forma muy importante del volumen comercializado.

El aumento del número de corderos nacidos es la etapa que se alcanza con mayor facilidad, pues depende principalmente de contar con una raza moderna de alta prolificidad, con cambios menores en el manejo, luego de haber mejorado las praderas.

Lo más complejo es evitar la mortalidad de los corderos mellizos y trillizos, que son componentes indispensables del aumento en la producción. Ya indicamos que el primer paso es obtener corderos de buen peso al nacer, dentro de los rangos superiores de su tipo de nacimiento, respaldado por un adecuado nivel de nutrición en el último mes de preñez.

Un cambio innovador e indispensable es asegurar la sobrevivencia de los corderos nacidos vivos. Aquí el uso de un galpón de ahijamiento, con corrales individuales para alojar a las ovejas recién paridas, es una herramienta indispensable. De esa forma se evita en forma muy significativa el deshijamiento de los mellizos y trillizos en los 3 primeros días de existencia. Es en ese período donde los corderos establecen un fuerte vínculo para identificarse con su madre, por la vía del olfato. De no reforzarlo con este manejo, se produce un importante deshijamiento, en especial para los corderos mellizos y trillizos, más aún cuando se trabaja con cargas altas, donde en pocas hectáreas se acumulan muchas ovejas recién paridas. Allí los corderos se confunden de madre o son abandonados por ellas. Incluso hay frecuentes casos de ovejas que aún no han parido y que le roban los corderos a ovejas con menor instinto materno. Así mueren muchos corderos sanos y robustos, con buen clima, en forma innecesaria y totalmente evitable.

El trabajo de encerrar en el galpón a las ovejas recién paridas es bastante sencillo en rebaños pequeños, pero aumenta y se complica en la medida que el rebaño es de mayor tamaño. A pesar de la dificultad es uno de los manejos más rentables del año para una ovejería intensiva.

El uso del galpón permite también pegar corderos huérfanos en ovejas que han perdido sus crías y también suplementar con sustituto lácteo a corderos más débiles.

El período de permanencia en el galpón es de dos a tres días. En caso de mal tiempo y dependiendo de la disponibilidad de espacio se puede mantener bajo la protección del galpón a los corderos más débiles por más tiempo, particularmente en el caso de trillizos, para asegurar su sobrevivencia.

Los corrales de ahijamiento son desarmables y se instalan para la época de pariciones en algún galpón ya existente. Ocupan un espacio de 1 metro cuadrado cada uno.

En nuestro caso con 1500 vientres y donde el 90% de los corderos son mellizos y trillizos, si no utilizáramos el proceso de ahijamiento y protección inicial, el porcentaje de mortalidad debería ser no menor al 23% de los corderos nacidos, perdiendo una parte importante de lo ganado con la genética de alta prolificidad.

En esta temporada hasta el momento y a pesar de las frecuentes lluvias y fuertes vientos hemos tenido resultados muy exitosos, con un 6% de mortalidad al nacer a potrero; 1% de mortalidad durante el tiempo de permanencia en el galpón y 3% de mortalidad a potrero en la primera quincena de lactancia.

Para apreciar la importancia económica del esfuerzo realizado en cuidar de los corderos recién nacidos, a manera de ejemplo en un rebaño de 100 ovejas nacen 195 corderos y normalmente, sin grandes problemas climáticos, deberían morir 45, quedando 150 corderos vivos al destete. En esta temporada si logramos mantener nuestras cifras, con la reducida mortalidad, deberíamos obtener 175 corderos al destete. O sea, por cada 100 ovejas paridas se pueden vender 25 corderos adicionales. Por eso el esfuerzo realizado durante las 6 semanas de pariciones es el más rentable de todo el año.

 

 

MATADEROS FRIGORIFICOS OVINOS EN ZONAS DE ALTO POTENCIAL Y BAJO INVENTARIO ACTUAL

                                                                                                                              Daniel Claro Mimica

                                                                                                                             Ing. Agrónomo, M.Agr.Sci.

                                                                                                                        Ganadera Goldensheep Ltda.

 

Es indudable  el enorme potencial que tiene la ganadería ovina de carne en las regiones del sur del país, desde la IX a la XI regiones, debido a las grandes superficies de praderas naturales, que hoy día tienen una producción de forraje insignificante y que mediante fuertes inversiones en la enmienda de suelos, pueden sembrarse con praderas de muy alta producción, similares a las mejores de Nueva Zelandia, gracias a las características climáticas.

Estas actuales cientos de miles de hectáreas de praderas naturales, dedicadas a la ganadería, tienen una producción de 2 a 3 ton de materia seca, en promedio, que impide lograr una rentabilidad positiva en cualquier rubro ganadero. Las nuevas praderas pueden incrementar la actual producción forrajera, en hasta 5 veces su nivel actual.

La alternativa mejor evaluada para utilizar en forma rentable el nuevo tipo de praderas, es la producción ovina intensiva, por varias razones; entre ellas la menor inversión en infraestructura productiva y en ganado; la mayor productividad de carne/ha de los ovinos frente a los vacunos; el corto ciclo productivo, que permite la obtención de un producto final terminado, incluso en regiones donde las praderas tienen un ciclo más corto por razones climáticas (XI región) y principalmente, por su mayor rentabilidad predial, que compite incluso con las mejores lecherías, pero con menores costos operativos, menor inversión y menor dificultad técnica.

IX – X y XIV Regiones:   La situación general es muy similar en todo este amplio territorio: SOLO ESTÁN SOBREVIVIENDO LOS MINI PRODUCTORES, gracias a INDAP, y a que no tienen ninguna otra opción productiva bajo sus actuales condiciones.

Hoy día en el Sur, casi no hay “medianos o grandes productores ovinos”. Los pocos que sobreviven comercializan sus corderos en el mercado formal, pues por el volumen de su producción tienen muy pocas posibilidades de acceder al mercado informal con ventas al detalle en la puerta del campo. Su tecnología atrasada no les permite obtener utilidades a los precios del mercado formal, que son casi un 50% inferiores al del mercado informal.

A pesar de los grandes esfuerzos de diversas entidades para que los ovinos comiencen a concretar su enorme potencial, cada día hay menos ovejas y menos ovejeros (medianos).                              (ver www.goldensheep.cl  LOS ESFUERZOS PARA EL DESARROLLO DE LA PRODUCCION OVINA).

Hace casi 10 años se instaló en Osorno el moderno matadero frigorífico MAFRISUR, que tendría la oportunidad de ser el impulsor del rubro ovino hacia su promisorio futuro.

Sería la llave para abrir los atractivos mercados internacionales, donde Chile tiene numerosos y muy favorables tratados de libre comercio. Por ejemplo, para el caso de la carne ovina, el tratado con USA está libre de aranceles y no tiene cuota de ingreso, siendo uno de los mercados más atractivos para la carne de cordero. Muy pocos países tienen esta ventaja.

Lamentablemente esta planta faenadora siempre ha trabajado  muy por debajo de su capacidad instalada, por FALTA DE CORDEROS, a pesar de que en las regiones de su ámbito de acción hay más de 500.000 ovejas y que adicionalmente han adquirido corderos desde Los Vilos hasta Aysén. Nunca han sobrepasado los 35.000 cabezas de faenamiento anual, teniendo una capacidad de 1.000 ovinos diarios. Muchas veces solo han faenado menos de 15.000 anuales. Con estas cifras no es posible cubrir los costos fijos de mantenimiento de las instalaciones y de operar en la temporada. Afortunadamente, a pesar de las dificultades económicas, ha sobrevivido seguramente apostando al futuro que avizoraron al momento de su construcción.

Una nueva actividad está comenzando a concretarse y servirá, no solo para dar una mayor ocupación a las instalaciones de la Planta Faenadora de Ovinos, sino también para solucionar una importante demanda de las grandes lecherías, como lo es el faenamiento de los terneros machos de razas lecheras, de pocos días de edad, cuya crianza es compleja y muchas veces con resultados económicos desfavorables para el criador. Son los llamados bobby calf para producir baby beef o veal, carne blanca, que en países europeos es muy apetecida. En Nueva Zelandia casi la totalidad de los terneros machos de lechería son faenados, alcanzando sobre 1,5 millones de terneros  por año, mientras que en Chile hasta ahora se sacrificaban sin ningún provecho.

LA GRAN PREGUNTA ES ¿Porqué ha fracasado este estratégico emprendimiento privado?? .

Han habido muchas respuestas, pero la real es muy simple. NO HAY CORDEROS PARA FAENAR.

Esto ocurre porque sobre el 95% de la producción tiene un importante mercado informal, que no solo no exige calidad, sino que paga un alto precio ($50.000 a $70.000) por cordero; en efectivo, sin ningún gasto en fletes, comisiones etc. y además es capaz de comprar TODOS los corderos que hoy día producen los pequeños productores, que son los que tienen la mayor parte de las ovejas de estas regiones.

Con esas condiciones de mercado, ningún canal formal de comercialización puede competir, en especial, si el mercado informal es la única forma que hoy día tienen los pequeños y mini productores ovinos para vender su producción. (ver www.goldensheep.cl UNA MIRADA A LA PRODUCCION OVINA).

Existe un círculo vicioso en que, “no hay corderos para el mercado formal, porque no hay oferta de corderos para ese mercado y no hay demanda de los consumidores urbanos (únicos que acceden al mercado formal) porque no hay corderos en dicho mercado (carnicerías, supermercados).

Tampoco se pueden satisfacer los frecuentes pedidos del extranjero de 10.000 o 20.000 corderos faenados, porque no sólo no existen, sino también porque la calidad solicitada casi no se conoce en el país: corderos pesados y magros (sobre 20 kg vara).

El mercado formal solo puede funcionar con corderos a “precio de mercado”, que está alineado, en buena parte, con el precio internacional y con el de la carne de vacuno para el mercado local, donde es la gran competidora de la carne ovina. Estos precios son  en la actualidad cercanos a $1.000 por kilo vivo, para las razas actuales, que entregan sólo un cordero NO ENGRASADO,con 30-35 kg de peso vivo como máximo . De esa forma, el precio a que podría aspirar un productor, es de $35.000 por cabeza, menos gastos de flete. Solo con corderos pesados y MAGROS, de 45-50 kg de peso vivo, podemos tener un precio por cordero similar al del mercado informal. Esos corderos hoy día no se pueden producir, principalmente  por falta de la genética adecuada y por falta de praderas de calidad.

Los productores que tecnifiquen sus explotaciones pueden pasar de un máximo actual de 3 ovejas/ha. y 90% de destete, a una producción de 1,4 corderos vendidos por oveja, con una carga de 15 ovejas/ha ,en las praderas que se pueden establecer, en la mayor parte de los suelos del sur.

Con estas cifras de productividad, bajan notoriamente los costos por kilo de cordero producido y, a pesar de vender a un menor precio, los productores  estarán en condiciones de tener ingresos muy superiores y rentabilidades positivas, en vez de las pérdidas que obtienen hoy día, con precios muy por sobre el mercado formal.

¿COMO REVERTIR ESTA SITUACIÓN?  Hay un solo camino: PRODUCIR MUCHOS MÁS CORDEROS, A MENOR COSTO Y DE MEJOR CALIDAD.

Existen dos escenarios de desarrollo:

1) En la pequeña agricultura, que mayoritariamente tiene un nivel de subsistencia.

Dentro de este gran universo de productores, hay varios miles de mini productores, con 10 ovejas de inventario y pocas posibilidades de crecer en el mediano plazo. Reciben subsidios de INDAP, que cumple un indispensable rol social y con seguridad ese será su futuro.

También hay cientos de productores pequeños, atendidos por INDAP, que tienen un enorme potencial, pues tienen el capital más escaso y valioso, que es LA TIERRA. Les falta el capital operacional, para hacer la principal inversión faltante, que es mejorar la fertilidad de sus suelos, para hacerlos capaces de establecer praderas con producciones de sobre 10 Ton. de materia seca/ha/año, frente a sus actuales, con 2 a 3 ton/ha.  Si estos productores pudieran desarrollar un emprendimiento con producción ovina intensiva, fácilmente podrían llegar a tener no menos de 300 ovejas/predio. Este potencial desarrollo, se  debe producir en forma gradual y escalonada, por ser un proceso biológico, que además incluye el desarrollo tecnológico de los productores, que en la práctica es un gran cambio cultural.

En algún momento de este  proceso de crecimiento, el actual mercado informal no será capaz de absorber el incremento de la producción. Parte importante de este aumento irá necesariamente al mercado formal, a menores precios, pero con la demanda ilimitada que da el mercado de exportación.  Estos actuales  pequeños productores se pueden convertir en medianos productores, con un nivel de vida muchísimo mejor que el actual y vivir de su propio esfuerzo y no de los subsidios sociales, que necesariamente requieren hoy día.

2.- El desarrollo de la mediana y gran ovejería, donde el tamaño debería ser de 2.500 a 3.000 ovejas por predio, que es el tamaño adecuado para un mediano productor.

Hoy día existen cientos de medianos ganaderos, con 100- 200 ha de tierra, dedicados a la producción de carne y pequeñas lecherías, que por su reducido tamaño, apenas subsisten en su actividad y deben endeudarse frecuentemente con la banca comercial, con pocas posibilidades de salir de su endeudamiento crónico. No están capitalizados y tienen muy pocas posibilidades de tecnificarse para  aumentar su productividad y tener balances positivos.

En el caso de los lecheros, que es el rubro estrella del emprendimiento ganadero del sur, estos pequeños productores son las primeras víctimas cuando baja el precio de la leche, pues su producción tiene un costo muy cercano al precio máximo del producto en los años de bonanza.

En particular los  ganaderos dedicados a la producción de terneros de carne, tienen un negocio que casi nunca produce rentabilidad positiva y cuyo volumen de ventas anuales no asegura un modesto estandar de vida, a pesar del millonario patrimonio que constituye la tierra que poseen. Muchos de ellos han salido del negocio y arriendan su tierra a grandes productores lecheros, a un valor muy superior por hectárea que el que pueden obtener, ya sea produciendo leche o carne a pequeña escala.

Sin embargo, la inmensa mayoría de este tamaño de ganaderos, quiere permanecer en su actividad, a pesar de sus frecuentes pérdidas y angustias económicas, por lo que no están dispuestos a arrendar o vender su tierra. MUEREN CON LAS BOTAS PUESTAS.

Para esta categoría de ganaderos, la alternativa más real es la acción que puede realizar la Planta Faenadora para difundir las bondades de la ovejería intensiva, a fin de que puedan gradualmente incorporar ovinos a sus explotaciones y eventualmente dedicarse en forma exclusiva a los ovinos o tener explotaciones mixtas: ovinos-bovinos, que también es una excelente alternativa.

Este radical cambio productivo, requiere una transormación tecnológica fundamental, para aplicar los conceptos de la producción intensiva y además un cambio de raza, para tener ovejas de alta prolificidad; gran producción de leche y carne magra; con ácidos grasos de mejor calidad, que no produzcan el típico olor a sebo de la carne ovina que conocemos y una grasa más saludable para el consumo humano.

XI REGIÓN:

La zona de la estepa es la que alberga la mayor cantidad de ovinos, con razas de doble propósito, que con seguridad tendrán que mejorar la calidad de su lana con nuevas razas, como la DOHNE MERINO o la MARIN MAGELLAN MEAT MERINO (4M), que sin desmejorar la producción de carne, producen lana muy fina, de un valor muy superior a la del tradicional Corriedale.

Por sus difíciles condiciones climáticas de aridez y frío extremo, esta zona de coironales tiene pocas posibilidades de aumentar o diversificar su negocio ganadero y los ovinos seguirán siendo su principal actividad.

Lejos, el gran potencial de la producción ovina, lo constituye la zona húmeda, donde se pueden desarrollar praderas de alta productividad, gracias a las condiciones climáticas. Es una zona de medianos y pequeños propietarios, que tienen el potencial de desarrollar sus predios gradualmente, a un nivel de dotación 3 a 5 veces superior al actual, en la medida que tengan un negocio rentable ; un mercado atractivo y la ayuda financiera para realizar sus inversiones.

Hoy día los medianos y pequeños productores  tienen solo dos alternativas ganaderas: producción de carne bovina o producción ovina. Mayoritariamente han optado por los bovinos de carne, la opción menos rentable, pero que tiene un fluido mercado, mayoritariamente extra regional, con la venta de terneros y novillos para engorda, que por su gran calidad genética son muy buscados por los engorderos de la zona sur.

La producción ovina se ha visto muy perjudicada, a pesar de su  elevado potencial, por falta de un mercado apropiado; por no contar con la genética adecuada y por no contar con la tecnología del manejo intensivo ovino. Su mayor carencia productiva es, sin duda, la falta de praderas de alta producción, que son fundamentales para elevar la productividad ganadera.

Los problemas que enfrenta la planta faenadora de ovinos CISNE AUSTRAL, son muy similares a los que, desde un comienzo, ha tenido, MAFRISUR en la X región. Incluso al fin de la temporada 2015-2016 cerró sus puertas. Esperemos que sea un tropiezo temporal y pronto retome sus actividades.

La Planta Faenadora  debería contar  con un predio a escala comercial, donde aplique toda la moderna tecnología requerida por la explotación ovina intensiva. Esta actividad debe enfocarse en el sector de praderas húmedas, que es donde está el verdadero futuro de la ganadería de la región.  Además debiera tomar la iniciativa de proveer la nueva genética y la asistencia técnica, tanto veterinaria como del manejo de praderas y nutricional de los ovinos

Así habría en la región una buena vitrina donde los actuales y los “nuevos ovejeros” puedan ver cómo funciona el sistema productivo intensivo.

Esta sería una inversión bastante menor respecto a lo ya invertido en la Planta Faenadora y con seguridad en el mediano plazo haría rentable la operación del matadero.

LA IMPORTANCIA DE LAS PLANTAS FAENADORAS:

Hoy día sólo Magallanes cuenta con Plantas Faenadoras de ovinos que están suficientemente abastecidas. En el resto del país sólo la planta de MAFRISUR, ubicada en Osorno, está acreditada para exportar carne ovina, pero casi no lo hace por falta de corderos.

La inversión de construir una Planta Faenadora de ovinos, que cumpla con los requisitos para exportar a los mercados más exigentes del mundo, que es donde está la mayor demanda y precios, es muy elevada.  Su importancia es enorme, no solo para el mercado internacional, sino también para el mercado local, donde casi no hay mataderos que faenen ovinos o los pocos que hay son de un tamaño muy reducido.

Es difícil imaginar el desarrollo frutícola que ha tenido el país si no existieran los packings que procesan y comercializan la producción, particularmente para el mercado internacional. También es difícil imaginarse la existencia de packings si no existieran huertos produciendo abundante fruta de excelente calidad.

En la producción ovina del sur están los mataderos pero no los corderos.

Al no haber corderos para el mercado formal, no se ha podido iniciar el despegue de un rubro como el ovino, que en teoría tiene todo lo necesario para lograr desarrollar un potencial enorme.

La zona Sur no aprovecha todas las ventajas  que tiene para producir carne ovina de primera calidad.

Están las condiciones climáticas; el mercado internacional,  que es capaz de absorber toda la futura producción,  con una demanda creciente y una producción mundial decreciente; planta faenadora de primer nivel ( funcionando solo en Osorno); con acreditaciones internacionales para exportar a los mercados más importantes; tratados de libre comercio, con cuotas crecientes sin aranceles, donde no se ocupa ni el 50% de lo pactado, otros mercados como el de USA, sin cuota ni aranceles y precios muy convenientes, pero NO HAY CORDEROS, ni en calidad ni en cantidad.

Mientras no se solucione el inicio de la cadena productiva, los corderos, no hay posibilidad de desarrollar un mercado de cientos de millones de dólares.

La presencia de una Planta Faenadora es estratégica para impulsar el potencial productivo del  rubro, pues asegura un mercado muy amplio, como lo es el mundo, ya que el mercado local es demasiado pequeño en comparación con el potencial productivo, que sobrepasa no solo el consumo local, sino también el nacional.

Al tener tratados de libre comercio con los principales importadores de carne ovina, la demanda está totalmente asegurada. Adicionalmente el mercado nacional se puede recuperar, al menos a sus niveles históricos, que eran más del doble del tamaño actual, siempre que se cuente con corderos de calidad y precio competitivo con el vacuno, tarea pendiente para los productores.

 

 

LOS PEQUEÑOS OVEJEROS DEL SUR

Daniel Claro Mimica

                                                                                                                            Ing. Agrónomo M.Agr.Sci

                                                                                                                GANADERA GOLDENSHEEP LTDA

 

 

Los pequeños productores ovinos se ubican principalmente entre la VI y XI región, aunque el concepto “pequeño” es diferente en la Patagonia.

La primera consideración es destacar la enorme importancia social del rubro; la concentración en esta categoría de productores del 90% del inventario ovino de la zona sur, y los problemas económicos, derivados de una interacción entre tamaño reducido y tecnología obsoleta, esta última incompatible con el potencial agroclimático y el alto valor de la tierra.

Las características de los “pequeños productores ovinos” difieren según la zona geográfica del país, donde los principales factores comunes son los bajos ingresos generados y el uso de una tecnología totalmente inadecuada, derivada de la adaptación del Sistema Extensivo Magallánico a una realidad de pequeña escala, en predios de pequeño tamaño; realidad que es incompatible con un sistema extensivo de producción.

Zona Central y Centro-Sur.  Son verdaderos ovejeros, mayoritariamente producto de la Reforma Agraria. Tienen en promedio 50 has físicas de suelos de secano y una dotación de 40 ovejas. Casi la totalidad del predio está dedicado a la producción ovina.

Manejan sus explotaciones en forma semi-extensiva y durante los últimos 30 años han recibido asistencia técnica para mejorar temas puntuales de bajo costo de implementación, tales como manejo sanitario; separar los carneros para colocarlos con las ovejas sólo en una época definida de encaste; selección por FENOTIPO y defectos corporales; revisión de carneros (palpación de testículos).

Con esta asistencia técnica han mejorada levemente su eficiencia productiva, subiendo de 80% de señalada en el pasado, a 100% actualmente y elevando su producción promedio de 18-20 kg de peso vivo/ha a 25 -30 kg/ha. Utilizan praderas naturales de baja producción.

Casi todos siembran un par de has de trigo para auto consumo. Tienen 3 a 4 vacas y un par de caballos. Algunos pocos siembran un poco de avena como cultivo forrajero para suplementar sus ovejas, producto de los consejos técnicos recibidos.

Mayoritariamente tienen ovejas “cabeza negra” derivadas del Suffolk y venden sus corderos en la puerta a comerciantes acopiadores.

Por el constante ataque de perros vagos el ganado es encerrado en las tardes, lo que restringe su tiempo de pastoreo en forma importante. No siempre estas encierras protegen al ganado, ya que el perro causa mucho más daño en un piño de ovejas encerradas en un corral que cuando las corretea en un potrero.

NO VIVEN DE LA OVEJERÍA, PUES DEBEN CONTRATARSE COMO MANO DE OBRA Y ADEMÁS RECIBIR LA AYUDA FINANCIERA DE INDAP PARA SUBSISTIR.

El potencial de estos predios, cambiando la genética y en particular, sembrando praderas de trébol subterráneo + ballica Wimmera es bastante elevado, considerando la calidad de los suelos y los 6-7 meses de sequía total que tiene el clima mediterráneo que los caracteriza.

La dotación puede subir desde su actual cifra de 0,8- 1 oveja/ha/año a 6-8 ovejas/ha con un aumento en la producción de peso vivo desde los actuales 20-30 kg/ha a 300-350 kg/ha.

 

ZONA SUR: Hay dos tipos de campesinos que explotan ovejas

a) Los minifundistas o agricultores de subsistencia, que en la IX Región suman 22.300 agricultores; en la X 18.700 y en la XIV 8.500, con un promedio de 11 ovejas por predio, pero que en total suman 579.000 ovinos en estas 3 regiones. Generalmente son producto de comunidades indígenas, muy apegados culturalmente a sus ovejas, pero con superficies muy reducidas de suelo que hacen inviable cualquier desarrollo ganadero económicamente sustentable.

Mejorar la productividad de este universo tan atomizado de productores ovinos, es una tarea casi imposible, a pesar de todo el esfuerzo que se pone, por ser un estrato muy numeroso y donde se concentra la pobreza rural, teniendo eso sí un enorme impacto social.

La asistencia técnica debe concentrarse, tal como se ha realizado hasta ahora, en pocas medidas de fácil ejecución y de bajo costo. Por ejemplo ordenar el ciclo productivo de la oveja, de modo que las pariciones ocurran a finales de invierno y no como ahora en pleno invierno. De esa forma aumentaría en forma importante la sobrevivencia de los corderos nacidos, no solo por tener un clima más benigno, sino en forma más importante, por disponer de una mejor alimentación con el crecimiento primaveral de las praderas.

Este ejercicio ya lo han aplicado con éxito muchos pequeños productores del secano central, donde a pesar de atrasar hasta en dos meses la fecha de parto, el peso de los corderos al momento de venderlos para las fiestas de fin de año, es igual o superior al de corderos de mayor edad, gracias a una mejor ganancia diaria de peso. También la calidad carnicera de estos corderos más nuevos es mucho mejor y la cantidad comercializada aumenta al reducirse las muertes.

El inventario ovino en promedio es de 10 cabezas por productor y es atendido generalmente por las mujeres ,que  además aprovechan la lana en forma artesanal elaborando mantas, gorros, medias etc., gran parte de las cuales venden.

El ganado se encierra todas las noches para minimizar el ataque de perros vagos.

Las praderas son naturales, mayoritariamente de chépica y malezas de hoja ancha, que difícilmente producen 2 ton de materia seca de forraje/ha/año, con una capacidad talajera cercana a dos ovejas/ha/año.

Son praderas “rusticas” que sustentan “ovejas rústicas“, de cabeza negra; originarias en el pasado de ancestros Suffolk y Hampshire, que han constituido la OVEJA ARAUCANA, productora de lana de colores café y corderos que se comercializan en el mercado informal con 35 a 40 kg de peso vivo a los 6 meses de edad, generalmente muy sobre engrasados.

La productividad por oveja es baja, no solo por genética, sino también por la mala nutrición que se acentúa con los partos en pleno invierno, junio, para llegar con corderos al mercado para las fiestas de fin de año.

La producción ovina expresada en kg de peso vivo producido anualmente por hectárea ocupada con ovejas es cercana a 75 kg/ha.

b) Los pequeños agricultores, que en su mayor parte tiene su origen en la Reforma Agraria, con predios de 50 a 70 has.

Los pequeños agricultores tienen una gran aversión al riesgo y por eso en sus predios realizan muchas actividades agropecuarias, desde pequeñas superficies de siembras de cereales, producción ganadera de carne; ordeña de 3-4 vacas para confección de queso; unos pocos cerdos y la infaltable docena de gallinas y  también por supuesto un rebaño de ovejas.

Tampoco son 100% ovejeros propiamente tales, dado que la mayor parte del predio está destinado a mantener ganado vacuno.  Este grupo de pequeños agricultores tiene entre 60 y 80 ovejas en una superficie de 15 a 20  has del total de su predio de unas 50-60 has totales. La producción de peso vivo/ha es cercana a 100 kg/ha/año.

Las características de las explotaciones en cuanto a praderas y genética ovina son similares a las de los agricultores de subsistencia, dominando absolutamente las ovejas cabeza negra y las praderas   naturales en base a chépica.

A pesar de ocupar un bajo porcentaje del predio, los ovinos generan una parte importante de los ingresos anuales, pues venden 60 a 70 corderos en el mercado informal a $60.000-70.000 cada uno.

La producción de queso artesanal es otra fuente importante de ingresos de temporada junto a la venta de terneros. Siempre dejan 2-3 vaquillas como “ahorro” de fácil liquidez. Son la alcancía y seguro de los productores para emergencias de salud, fiestas de bautizos, matrimonios, velorios etc.

Al tener una producción muy diversificada para “disminuir riesgos” (no poner todos los huevos en la misma canasta), indudablemente que bajan sus ingresos totales, al destinar la mayor parte de la superficie de sus predios, a rubros de muy baja rentabilidad, como en el caso de tener vacas para producir terneros, donde siempre el rubro vaca-ternero es y será la actividad ganadera menos eficiente y menos rentable,  pero la más fácil de realizar y la menos riesgosa.

Esta categoría de pequeños agricultores en las 3 Regiones sureñas suman 83.000 ovinos y totalizan 1.000 agricultores, donde la mayoría de ellos se concentran en la X Región.

c) Los medianos agricultores, muchos provienen de predios de sus antepasados familiares que se fueron subdividiendo. Tienen en promedio cerca de 400 ovinos y una superficie cercana a las 100 has. Sólo sumaban 74 en el conjunto de las tres regiones sureñas y su inventario totaliza casi 30.000 ovinos. Estas son las cifras oficiales del último censo agropecuario de 2007,pero ya muchos de ellos se han retirado del rubro por tener permanentemente ingresos menores a sus gastos operacionales. Es un excelente estrato para apoyar su tecnificación tendiente a mejorar su eficiencia productiva y situación económica.

Sus problemas y características productivas son similares a la categoría de pequeños productores.

  RESUMEN DE LA ZONA SUR:

La gran diferencia entre las categorías en que el INE estratificó a los agricultores  productores de ovinos radica principalmente en el tamaño de sus predios y en el inventario.

Sus sistemas productivos son muy similares en praderas; genética; comercialización, diversificación productiva, donde prácticamente no hay agricultores ovejeros especializados en el rubro, pero donde la producción ovina tiene una importante participación relativa en todos los estratos.

En todos ellos la oveja es parte importante de su cultura y el mercado informal de sus corderos es una necesidad, pues por su reducida producción y corderos sobreengrasados, no son objeto de compra por parte de la planta faenadora.

Las ferias ganaderas tampoco son utilizadas por el bajísimo poder comprador en cada remate, donde el tope es cercano a 50 ovinos para cada remate, mientras que en vacunos sobrepasan largamente los 1.000 ejemplares.

ZONA AUSTRAL: Los pequeños productores de Aysén se dedican casi exclusivamente a la producción ovina y sus rebaños tienen cerca de 1.000 ovinos en las zonas más áridas, con cargas animales cercanas a 1 oveja/ha. y manejo extensivo, característico de la Patagonia, utilizando razas de doble propósito como Romney y Corriedale.

En la zona húmeda del llano central las propiedades son de menor tamaño y los rebaños también, dominando la raza Romney y cruzas con cara negra. En esta zona casi no hay productores ovinos de tamaño medio o grande, ya que la ganadería es dominada por el ganado bovino de carne.

Sus problemas son similares a los pequeños productores de la zona sur.

Están muy bien atendidos por INDAP y su nivel tecnológico es similar al de los grandes empresarios, pero a pequeña escala.

En algunas zonas, como en Cochrane, han solucionado el problema de depredadores naturales como el zorro y perros vagos, con la reciente introducción de perros guardianes Gran Pirineo. (proyecto INIA-FNDR). Allí también incursionan en el cambio genético, introduciendo la raza DOHNE MERINO, para aumentar considerablemente el valor de sus cosechas de lana a producir lanas finas.

 

CONSIDERACIONES PARA DISEÑAR UNA ESTRATEGIA DE DESARROLLO PARA LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES OVINOS de la zona Sur.

El gran potencial para el rubro ovino se encuentra en las regiones del sur, por sus condiciones agroclimáticas, que con la debida tecnología e inversiones, hacen de la producción de carne ovina una alternativa muy competitiva, incluso con la producción lechera y muy superior a la ganadería bovina de carne.

La tecnología utilizada por casi la totalidad de los productores ovinos del sur, es una adaptación del exitoso sistema extensivo de producción desarrollado en Magallanes, el que por razones de tamaño de las propiedades, es INVIABLE en términos económicos para TODOS los tamaños de emprendimiento ovino de la zona sur.

Hay un enorme déficit de profesionales que dominen el conjunto de tecnologías que se integran en un sistema intensivo de producción de carne ovina. Este sistema productivo no se conoce en Chile y es el estandard de producción de los países líderes tecnológicos del rubro para zonas de clima templado-lluvioso, como son Inglaterra; Irlanda; Nueva Zelandia.

En los últimos 50 años sólo tres profesionales chilenos obtuvieron un post grado especializado en ovinos en estos países.  Esto es una consecuencia natural para un rubro que viene decayendo en forma permanente y no ha tenido buenas perspectivas laborales para los profesionales con vocación ovejera.

Si no existen profesionales calificados para este sistema productivo, que es el único que es compatible con predios de reducido tamaño y alto valor económico, es muy difícil poder implementarlo sin que haya previamente una capacitación y un reforzamiento en la enseñanza superior.

A pesar de que hoy día no hay demanda laboral para este tipo de profesionales, se debe romper el círculo vicioso, donde el sistema intensivo no se aplica porque no es demandado, por falta de conocimiento de su impacto productivo y no se especializan los profesionales en esta tecnología porque no tienen futuro laboral.

Una primera medida de corto plazo es copiar, a pequeña escala, el programa de becas en Nueva Zelandia para alumnos de escuelas agrícolas que opera con mucho éxito para el rubro lechero.

Otra medida es que algunos profesionales jóvenes hagan estudios de post grado en universidades de países líderes del rubro ovino como Australia, Nueva Zelandia; Irlanda, para que posteriormente dicten los cursos del rubro en la educación superior.

El desarrollo  de la producción de carne ovina se logra con un radical cambio tecnológico en los dos factores estratégicos de la producción moderna: PRADERAS Y GENÉTICA,  que en un mediano plazo logre praderas de 8-9 toneladas de materia seca/ha/año, que permite mantener una carga animal de 10 ovejas/ha más sus crías. En una segunda etapa se puede pensar en tener praderas similares a las mejores del sector lechero y mantener no menos de 15 ovejas/ha/año.

Los productores que no tienen potencial de desarrollo, por disponer de predios muy pequeños, deben tener un reforzamiento en el apoyo asistencial para garantizar su subsistencia. No es factible convertirlos en productores ovinos, aunque seguirán teniendo una decena de ovejas. Deberán seguir recibiendo asistencia técnica en medidas básicas de manejo, de muy bajo costo o sin costo operacional, es la única ayuda razonable por la vía de programas de asistencia técnica. Por ejemplo tener pariciones en primavera; manejo sanitario priorizando las vacunaciones y desparasitaciones.

El esfuerzo en introducir  nuevas tecnologías debe ser exclusivamente para los productores con potencial productivo y en forma de proyectos de desarrollo, donde se combine asistencia técnica personalizada, con aporte de capital para las cuantiosas inversiones requeridas. Estos proyectos deben  tener una duración no menor a 6 años para cada productor seleccionado, con asistencia técnica frecuente, muchas veces mensual, dado el gran dinamismo de los eventos que operan en un sistema de producción intensiva de carne ovina.

La asistencia técnica, sin apoyo para inversiones, tiene muy poco impacto en la productividad.

El diluir los siempre escasos recursos, para tratar de satisfacer a decenas de miles de productores, solo causa un impacto muy marginal en la calidad de vida de los beneficiados y en la productividad.

Los esfuerzos del Estado en financiar Proyectos destinados a fomentar el rubro ovino deben concentrarse en fomentar el AUMENTO DEL INVENTARIO OVINO Y MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DE LOS CORDEROS, que deben hacerse en  forma simultánea.

De acuerdo a la disponibilidad de recursos, se debe seleccionar un grupo determinado de productores para desarrollar estos proyectos de desarrollo, concentrándose en los medianos y pequeños productores, definiendo un número de beneficiarios acorde con el presupuesto disponible y que debiera tener una continuidad de 6 años. Luego de este periodo estos productores deben alcanzar las metas para ser autosuficientes y dar lugar a un segundo grupo de agricultores para que tengan acceso al programa de desarrollo integral.

El mejoramiento de las praderas es fundamental porque con praderas naturales de baja producción ninguna actividad ganadera es rentable.

Este mejoramiento de praderas nace con la inversión más alta, que es indispensable para mejorar la fertilidad del suelo, donde en el sur hay tres factores fundamentales

  • Drenaje de los suelos de Ñadi
  • Corrección de la acidez natural de los suelo
  • Mejorar el bajo nivel inicial de fósforo y azufre.

En suelos con mal drenaje no se pueden establecer praderas de alta producción.

Los suelos ácidos impiden la permanencia de praderas de larga duración, las que si se establecen bajo estas condiciones revierten a su estado original al cabo de solo un año. Igual situación ocurre con suelos pobres en fósforo.

Por ello, si no se enmienda la fertilidad del suelo para satisfacer los requerimientos mínimos de las praderas de alta producción, es inviable establecerlas, pues rápidamente revierten a la condición original de praderas de chépica y malezas de hoja ancha, que están adaptadas a la pobreza del suelo, que se transmite a los productores.

A manera de ejemplo un nivel muy frecuente de pH del suelo original es de 5.2 y para sostener el crecimiento de praderas sembradas el nivel mínimo es de 5,8  Para incrementar el pH en 0,1 unidades se requiere aproximadamente una tonelada de cal, de modo que para corregir el suelo de este ejemplo se requieren 6 toneladas/ha con un costo total estimado, incluyendo su aplicación, de $ 480.000/ha + IVA.

El nivel más frecuente de fósforo de los suelos con praderas naturales del sur es de 5 ppm de P2O5, debiendo llegar a 18 ppm de P2O5, para una pradera con producción de 9 toneladas de Materia Seca/ ha.  Ese incremento se logra con 585 unidades de P2O5/ha con un costo estimado de $430.000/ha + IVA.

El nivel de azufre inicial es cercano a 5 debiendo llegar a 20 para de esa forma favorecer el desarrollo de los tréboles y en especial, facilitar la movilidad del fósforo del suelo, para que pueda ser utilizado por las forrajeras.  Esta enmienda tiene un costo muy aproximado de $200.000/ha + IVA.

En resumen, la inversión en mejoramiento de la fertilidad del suelo para que sea compatible con el establecimiento de praderas de alta producción es del orden de $1.100.000 + IVA  en suelos con buen drenaje.

Finalmente el establecimiento de praderas sobre suelos en que ya se ha mejorado la fertilidad,es cercano a $250.000/ha + IVA.

La inversión total se acerca a $1,5 millones/ha. que si bien es muy alta, permite al menos triplicar, la capacidad talajera inicial del suelo, cuyo valor comercial hoy día no baja de $5 millones/ha. Esta es la única forma de aumentar el tamaño de los inventarios de ganado, medida indispensable para bajar los costos de la producción, diluyendo significativamente los costos fijos en un mayor número de animales productivos.

El proceso de establecer praderas permanentes de alta producción es gradual, por el costo elevado de la inversión en el mejoramiento de la fertilidad del suelo y por la necesidad de ir consumiendo el forraje adicional producido con una dotación ganadera mayor. Generalmente este proceso de desarrollo debe hacerse incrementando la superficie de praderas y simultáneamente aumentando el número de animales, en proporción al aumento de la producción de forraje.

El aumento del número de animales es por medio del crecimiento natural de la masa ovina por reproducción, pues es difícil adquirir vientres en el mercado. Este es un proceso biológico relativamente lento, mientras que la incorporación de praderas, depende principalmente de tener una fuente de financiamiento de las inversiones. Siempre el aumento del forraje debe ir delante del aumento de la dotación ganadera, con un desfase de algunos meses.

El aumento de la producción de forraje comienza con la fertilización y manejo adecuado de la pradera ya existente,  donde en las primeras etapas se va incrementando la productividad inicial de las praderas por la aparición de trébol y gramíneas , aumentando la producción de materia seca hasta un nivel de 5-6 ton/ha. Para completar el desarrollo se requiere sembrar praderas con forrajeras de alta producción cuando los suelos ya tienen la fertilidad requerida.

Este incremento gradual de la producción de forraje en la fase de fertilización del suelo, permite un aumento de la masa ovina basada en el incremento natural por el proceso reproductivo acompañado con una retención de hembras, que debiera ser financiado por el Proyecto de desarrollo, pues el agricultor no tiene la capacidad económica para hacerlo.

Praderas de alta productividad no son rentables con ovejas de baja eficiencia productiva como las actuales razas utilizadas por los agricultores.

El mejoramiento genético es el otro pilar que junto a nuevas praderas permiten el despegue de la producción ovina.

Las actuales razas ovinas presentes en la casi totalidad de las explotaciones del sur, son ineficientes en la cantidad de corderos producidos por oveja y sus corderos sólo son de buena calidad con un peso de faenamiento menor a 30 kg de peso vivo.

El mejoramiento genético contempla dos aspectos fundamentales en la producción de carne ovina, el aumento de la prolificidad y el mejoramiento de la calidad de los corderos, reduciendo el nivel de grasa que  en las razas actuales se acumula en los corderos sobre los 30 kg de peso vivo; mejorando la composición de los ácidos grasos para reducir las grasas saturadas, que no solo son dañinas para la salud, sino que también imprimen el fuerte olor a sebo; reducción del nivel de colesterol y aumentando los ácidos grasos saludables.

La mayor prolificidad de la oveja debe ir acompañada  indispensablemente con un aumento en la producción de leche. Hay numerosos ejemplos de nuevas razas que producen muchos mellizos, pero al no tener leche suficiente, las ganancias diarias de peso son muy reducidas. El resultado final son corderos que no alcanzan un peso adecuado al destete y deben permanecer un largo tiempo en el predio antes de poder comercializarse, caracterizándose por ser viejos y livianos, con poca masa muscular y engrasados.

Por eso es indispensable que la raza elegida tenga en su composición el aporte genético de la East Friesian, así los mellizos tienen una ganancia de peso mucho mayor que el de corderos únicos de razas tradicionales.

Al no haber en la actualidad rebaños comerciales con genética moderna, la forma recomendada de realizar el mejoramiento genético, es mediante el uso de carneros mejoradores, que actúan en un proceso de absorción genética, donde ya las nietas de las ovejas originales se comportan como la genética que se quiere introducir.

El mejoramiento genético tiene un impacto de gran magnitud pues una oveja moderna, especializada en producción de carne, supera en más de 2,5 veces la productividad de las actuales ovejas comerciales presentes en el país.

El costo del mejoramiento genético es mucho menor que el mejoramiento de las praderas, impactando no solo en el nivel productivo, sino también en el grado de aceptación de la carne producida. Este último factor es fundamental para ganar el mercado del consumidor urbano, que es donde está el gran potencial de mercado para la carne ovina a nivel nacional.

El aumento del inventario ovino es clave para dar inicio a un proceso de comercialización formal de los corderos, que además permita el consumo regular de carne ovina por la población urbana, abasteciéndose en carnicerías y supermercados.  Sólo de esta forma será posible la sustentación de la única planta faenadora de la zona sur, tanto para abastecer al comercio formal como también para abrir los enormes mercados internacionales.

En la actualidad el mercado informal consume más del 90% de la producción de carne ovina del sur y aún tiene margen para seguir creciendo. En alguna etapa de un proceso generalizado de aumento de inventarios, el mercado informal quedará saturado y el excedente de la producción necesariamente deberá canalizarse en el mercado formal.

Hoy día los pequeños y medianos productores ovinos solo pueden comercializar informalmente en la puerta del campo, pues las pequeñas cantidades de corderos que producen no tienen cabida en la planta faenadora , tanto por la mala calidad, como porque la cantidad mínima de faenamiento por productor en la Planta faenadora es del orden de 80- 100 corderos.

El precio del mercado informal supera casi en un 100% el que puede pagar el mercado formal. Por eso la única forma para aumentar los inventarios a mediano plazo, es reducir considerablemente el costo de producir un cordero, que está muy ligado al empleo de tecnología moderna y a la economía de escala de tener rebaños de mayor tamaño, de modo que el precio del mercado formal sea rentable para el productor, situación que hoy día está muy lejana para casi todos los productores.

Los perros vagos, en mayor medida que los “asilvestrados”, causan un daño enorme a los pequeños ovejeros, que muchas veces sufren en un solo ataque la pérdida de más del 50% de su capital ovino. Este problema es de alta frecuencia en  la mayoría de las explotaciones ovinas del país y en muchos casos ha sido una de las principales causas del abandono del rubro de muchos productores.

En ciertas zonas el ataque de fauna protegida, como por ejemplo el zorro culpeo y más ocasionalmente el puma , se agregan al riesgo de pérdida de inventario, pero su impacto es mucho menor al daño ocasionado por los perros.

Ambos problemas pueden ser fácilmente evitados con la presencia de perros guardianes, como quedó ampliamente demostrado en Cochrane, donde esta medida redujo pérdidas de más del 20% del inventario anual a 0%.  INDAP debería considerar el aporte de perros guardianes en todos los proyectos de inversión en el rubro ovino.

TECNOLOGÍA Y PRODUCCIÓN OVINA

Daniel Claro Mimica

Ingeniero Agrónomo, M. Agr.Sci

 GOLDENSHEEP LTDA.

daniel@goldensheep.cl

 

La tecnología demora muchos años en desarrollarse, mediante numerosos trabajos de investigación, que van construyendo la base de datos, para solucionar problemas específicos y cuellos de botella en sistemas productivos. Aún mucho más grande es la demora para que los resultados sean aplicados masivamente por los potenciales usuarios.

La investigación en los países líderes en tecnología ovina y también en Chile, ha logrado muy importantes avances  en los últimos 30 años, para el aumento de la producción de los dos pilares del rubro:

LA PRODUCCIÓN DE LAS PRADERAS Y LA PRODUCCIÓN DE LAS OVEJAS.

En nuestro país, lamentablemente por diversos motivos, el uso masivo de la mayor parte de estos conocimientos es muy escaso, aún hoy día, particularmente en lo relacionado con las ovejas propiamente tal. En parte, es porque hay un déficit en la preparación de los profesionales que se dedican a los ovinos, salvo en Magallanes.

 Esta situación  no es de extrañar, dado que en Chile, el ovino ha sido un rubro perdedor en los últimos 50 años.  En el pasado, para perfeccionarse en producción ovina con estudios de post grado en los países líderes, principalmente Nueva Zelandia, había que tener una vocación muy fuerte y mucho amor por las ovejas, o adivinar que en un futuro lejano el rubro tendría un enorme potencial al aplicar tecnologías modernas.

Por eso son muy escasos los profesionales que apostaron por este rubro, invirtiendo su tiempo y dinero en estudios en el extranjero, cuando el panorama al regreso de sus estudios no podía ser peor, pues la oportunidades laborales eran casi cero.

Ahora, que las perspectivas mundiales hacen de este rubro un proyecto con gran futuro, se nota esta debilidad y ojalá las universidades remedien esta falencia, con cursos de perfeccionamiento para los profesionales actuales que no tuvieron la oportunidad de conocer lo mejor de la tecnología.

Los nuevos profesionales se verán incentivados por el auspicioso futuro del rubro y las cada vez mayores facilidades de estudiar en el extranjero. También  por las oportunidades laborales que deberán presentarse a mediano plazo.

Para el territorio comprendido entre la V y XI Regiones las tecnologías para producir forraje y en parte, para su mejor utilización, son bastante conocidas, particularmente en producción de leche y carne bovina.  Muchas de ellas también son perfectamente aplicables a los ovinos.

Las principales falencias están en el rubro ovino propiamente tal.

Hoy día, en la mayor parte del país, salvo en  Magallanes, la producción ovina, ya no se puede sostener en base a tecnologías de manejo extensivo, con enormes superficies de terreno y muy bajas dotaciones de ganado por hectárea, que es característica de suelos pobres y de bajo valor.

El aumento del valor de la tierra y de los costos de producción por un lado y la baja del precio de los productos por otro, ha hecho indispensable la intensificación del uso del suelo, utilizando fertilizantes, praderas sembradas y también el uso de ovejas muy eficientes, con muchos mellizos; alta producción de leche; carne magra y con masas musculares desarrolladas.

Se acabó el tiempo de la ovejería bucólica, con rutinas de manejo muy tranquilas, a paso lento; tecnologías  sencillas y de bajo costo. Muchos de los productores que no percibieron oportunamente el cambio de escenario ya han desaparecido. Los que no tomen medidas  adecuadas para modernizarse, desaparecerán en el corto plazo.

En base a las tecnologías disponibles, se analiza qué producir como rubro principal en un animal que nos da carne y  lana, que requieren distintas exigencias nutricionales y ambientales; distinta genética y sus mercados son totalmente independientes entre sí.

QUÉ PRODUCIR:

En el caso de Magallanes, la lana siempre va a tener un lugar importante en el balance de la oveja de doble  propósito: Carne-Lana. El negocio ovino magallánico comenzó en el siglo 19 con dos productos principales: sebo y lana. Con el desarrollo de la industria frigorífica, a fines del siglo 19, la carne fue desplazando al sebo hasta eliminarlo.

Desde mediados de los años 90 la carne ha aumentado, en forma muy significativa, su demanda mundial y precio, mientras que las lanas tradicionales fueron bajando su valor.  Hoy día, sobre el 70% del ingreso, de la mayor parte de los productores magallánicos, proviene de la carne, a pesar de utilizar ovejas de doble propósito y continuar con su cultura lanera.

Recientemente en Magallanes hay una nueva tendencia de producir lana fina de alto valor cambiando la tradicional genética Corriedale.

La gran ventaja de la producción de lana, es que se adapta mucho mejor que la carne a los climas áridos, con baja producción de forraje, pues el proceso productivo es menos exigente que las altas demandas nutricionales implicadas en la producción de carne.

La aparición en Australia, hace unos 15 años, de un fardo de lana ultra fina, dentro de un universo superior a 4 millones de fardos, causó gran expectación. Dicha lana tenía una finura cercana a 14 micras, similar a la lana de vicuña. En el remate el precio fue cercano a los US$ 5.000 por kilo, unas 500 veces más cara que el kilo de lana merino tradicional.

Hoy día la lana ultrafina,  en base a la selección rigurosa en el Merino Saxon, alcanza hasta 11 micras de finura, siendo sin duda la lana más fina del mundo. Además del proceso de selección, se han desarrollado nuevas tecnologías de manejo, tales como, destinar a la producción sólo ovinos capones; encerrados en jaulas; dentro de galpones climatizados; cubiertos con capas protectoras del vellón y con nutrición diseñada especialmente para este fin.

La crianza de merinos para este propósito ha aumentado, pero no en forma explosiva, a pesar de la tentación del precio. Hay fuertes objeciones en contra de este manejo, que atenta contra  el bienestar animal. Además las inversiones en genética, instalaciones y manejo son muy elevadas y lo más importante, en la medida que aumenta la oferta de esta lana Premium, el precio baja. En la actualidad, el mejor fardo de 100 kilos con la lana más fina del mundo con 11,8 micras, se vendió a $ US 1.500 dólares por kilo. Las lanas de 14 micras se transan entre 150 y 300 dólares por kilo, precio muy  inferior a los 5.000 dólares originales.

A nivel nacional, no han faltado los entusiastas, que documentados vía internet, recomiendan que el futuro de la ovejería en la zona central y centro sur, debe ser la producción de lana, transformando los rebaños Suffolk en productores de lana ultra fina.

Este tipo de recomendaciones, sin fundamentos de peso, sólo sirven para desorientar aún más a los ya desorientados productores.

Entre las regiones V y XI (salvo la estepa de coironales de Aysén), la producción de lana sólo tiene un valor marginal, con menos del 5% del valor de los ingresos.

El secano central, donde domina la aridez durante la mayor parte del año, tampoco favorece comercialmente a la producción de lana, pues con sólo 4 meses de forraje abundante y de buena calidad, los corderos son el producto principal.

En la zona sur, con pasto verde todo el año y 8 meses de abundante producción de forraje, las condiciones no podrían ser mejores para utilizar razas de carne.

PRODUCCION DE CARNE OVINA:

 En el proceso intervienen cientos de factores, cuyo conocimiento pleno, tanto en sus bases científicas como en sus aspectos prácticos, es indispensable para darle seguridad al sistema productivo, evitando imprevistos y sorpresas, que pueden llevar a un fracaso.

La complejidad tecnológica de un sistema intensivo de producción ovina se asemeja a la de un plantel lechero de alto nivel, muy distante de la creencia popular, basada en la tradición de los sistemas extensivos.

 En un sistema intensivo de producción, para maximizar los retornos y la productividad, se trabaja cerca del límite superior, por lo que cualquier error puede significar el fracaso de un año de trabajo, con grandes pérdidas económicas. Es un riesgo que hay que saber manejar.

 Es evidente que los riesgos son mayores que en los sistemas productivos antiguos, donde la intervención humana era mínima, comparada con la realidad actual.  Hoy día el proceso productivo es muy dinámico, tanto en la producción de forraje y manejo de las praderas, como en el manejo de las ovejas, su alimentación, sanidad y manejo reproductivo. Hay que estar siempre atentos, observando permanentemente el ganado y las praderas.

Por eso se requiere de un amplio conocimiento de todos los factores productivos, en profundidad, a fin de prevenir cualquier imprevisto y actuar en forma preventiva, para evitar los errores que se puedan cometer. Sólo así el negocio es seguro y entrega altas rentabilidades.

Dentro de los numerosos  componentes que intervienen en un sistema moderno de producción de carne ovina, los que causan mayor impacto en los resultados económicos son dos: manejo de la nutrición y genética.

En ambos aspectos el aporte de la tecnología generada por la investigación científica, en todo el mundo y también en Chile, ha sido enorme y constante. La ciencia no descansa y sigue trabajando para generar la tecnología del mañana.

NUTRICIÓN:

La nutrición de la oveja se basa principalmente en el consumo de pasto, cosechado directamente por ella durante el pastoreo. La producción de forraje no es uniforme durante el año y su curva productiva depende de las características climáticas de la localidad, de la fertilidad del suelo y de las especies forrajeras dominantes en la pradera.  Hay periodos, generalmente en primavera,

donde en solo dos meses se produce el 65% del volumen anual y otros, en invierno, donde el crecimiento es insignificante. La situación es aún mucho más extrema en los secanos de la zona central, donde todos los años hay al menos 7 meses de sequía, sin producción de pasto, en verano y otoño.

Por otra parte, la oveja tampoco tiene una demanda  uniforme de alimento. Sus requerimientos nutricionales son mínimos, durante casi 8 meses del año, luego del destete y durante sus primeros 100 días de preñez y máximos en el pick de su lactancia, donde a los 60 días de edad, los corderos y su madre requieren 4 veces más alimento que una oveja seca.

Una de las medidas básicas de manejo nutricional es darle a la oveja el alimento  que necesita, de acuerdo a su ciclo reproductivo. La forma más eficiente de hacerlo es ajustar la curva de requerimientos nutricionales con la curva de producción de forraje. Para ello, las dos herramientas recomendadas son:

  1. Fijar la fecha de nacimiento de los corderos en las proximidades del inicio del crecimiento acelerado del forraje en primavera.

 Hoy día es un gran error fijar la fecha de nacimiento para tratar de obtener mejores precios en la venta de corderos. El precio en la actualidad es bastante estable durante todo el año. Por ello, lo más aconsejable es que los corderos nazcan cuando se inicia el crecimiento de la pradera en primavera, fecha que varía según la localidad y calidad de las praderas. Así las ovejas llegan en mejores condiciones al parto, tienen menor mortalidad, producen más leche y crían muchos más y mejores corderos.

  1. Suplementar el ganado en los puntos críticos del ciclo productivo , generalmente invierno un mes antes del parto y en el secano preocuparse del nivel proteico en verano. Se utiliza la cosecha de excedente de forrajes, conservados como heno, ensilaje o cultivos forrajeros y ocasionalmente algún insumo comprado.

El forraje producido por las praderas es el insumo principal de la producción de carne ovina. El aporte de la tecnología ha sido enorme, tanto en su producción, como para mejorar la eficiencia de su utilización.

Con la fertilización de los suelos y la siembra de praderas, se ha aumentado considerablemente la producción de forraje.

En la zona sur, desde 2-3 toneladas de materia seca por hectárea, hasta más de 15 toneladas. Así  la capacidad potencial de sustentación o carga animal ha subido desde 3 a más de 20 ovejas por hectárea, con sus respectivas crías.

En el secano de la zona central y centro sur, el incremento ha sido desde 0,8-1 toneladas de materia seca por hectárea a 8 toneladas por hectárea, incrementando la capacidad de carga desde 0,8-1 oveja/ha a 6 ovejas /ha.

En resumen, la tecnología ha permitido aumentar, potencialmente, la productividad del suelo en al menos 5-7 veces en la zona sur y también en el secano.

 La inversión para lograr este salto productivo es significativa, principalmente en fertilizantes, pero muy inferior al valor de la tierra, por lo que se ha transformado en la forma más eficiente de aumentar el tamaño de las explotaciones ganaderas. Así, mejorando sus praderas,  un pequeño productor se puede transformar en un productor de tamaño mediano  y uno mediano en uno grande, al menos ese es su potencial si contara con el apoyo financiero y tecnológico.

Otro aspecto fundamental, donde la tecnología ha hecho un aporte muy significativo, es en el manejo, utilización de praderas y conservación de forrajes.

Aquí sin duda la herramienta más importante ha sido el uso del cerco eléctrico, que permite un apotreramiento adecuado a bajo costo y le da una gran flexibilidad al manejo de praderas y ganado.

 También ha sido muy importante el aporte de la tecnología de distribución de agua potable, por medio de mangueras o cañerías de bajo costo, para abastecer bebederos con flotadores y así mantener permanentemente al ganado bien abastecido de agua, en cada potrero, en los lugares  estratégicos. Incluso ya se utilizan bombas de agua impulsadas por energía solar.

Un adecuado abastecimiento de agua potable permite aumentar hasta en un 30% la eficiencia de utilización del forraje. El consumo de agua por parte de una oveja es muy fluctuante, dependiendo del tipo de alimento que consumen y del clima. En invierno, al haber bajas temperaturas y disponer de alimento suculento, la oveja consume aproximadamente 0,5 lt. de agua diariamente, mientras que en verano con temperaturas altas, cerca de 30 grados y forraje totalmente seco, el consumo está sobre los 7 lt. por día en el secano de la zona central.

La conservación de forrajes también ha tenido grandes avances con la introducción de cultivos forrajeros, ya sea para cosecha mecanizada o para consumo directo. En este tema es notable el avance hacia la zona sur de la alfalfa y del maíz, especies forrajeras ideales para conservar forraje. Hace no tanto tiempo atrás, dichos cultivos eran imposibles en el sur, al no disponer de la tecnología adecuada.  Recientemente se ha popularizado con gran rapidez el uso de ensilaje en bolsas de polietileno , “bolos”, que se pueden almacenar en el mismo potrero e incluso permiten su traslado y comercialización.

GENETICA:

Es el tema tecnológico que más discusiones ha generado y sigue generando, no sólo en Chile, sino también en países que están a la vanguardia en producción ovina.

El mejor ejemplo para ilustrar los errores que se cometen y el costo que ellos significan, es el caso de Nueva Zelandia, sin duda uno de los principales líderes mundiales en tecnología ovina.

Nueva Zelandia se destacó desde hace más de 100 años por la excelencia de sus praderas y de los adelantos tecnológicos,  desarrollados por ellos mismos, para su mejoramiento.  Por algo toda la ganadería de ese país se basa en la utilización de praderas, siendo una ganadería netamente pastoríl. Gracias a su eficiencia y a pesar de ser un país pequeño, son los principales exportadores de carne ovina y de leche. Inventaron el cerco eléctrico y el uso de aviones para la siembra y aplicación de fertilizantes en los lomajes y  cerros.

Sin embargo, ya en los años 70 llegaron al techo, tanto en la producción como en la eficiencia de utilización de sus praderas. Allí empezaron los primeros problemas para muchos productores ovinos, que con la declinación de los precios no fueron capaces de obtener la  utilidad esperada.

En ese entonces Nueva Zelandia tenía una población de 70 millones de ovinos. Más del 90% de las ovejas eran de la raza Romney, que  se cruzaban con carneros  South Down  para producir corderos de exportación. La producción por oveja era de 1 cordero destetado, con 26 kilos de peso vivo. En las mejores praderas se mantenían 15 ovejas/ha, produciendo 390 kilos de peso vivo/ha.

El gran problema,  no  detectado por muchos años, fue la utilización de genética de baja eficiencia productiva, que no permitía expresar en dinero la excelencia de las praderas y su manejo.

Los productores de punta tenían planteles de Pedigree, con registros genealógicos que se remontaban a casi 100 años. Sólo se registraba el parentesco, pero no los parámetros productivos. La selección se hacía por línea de Pedigree y por apariencia física, no por producciones medibles.

A mediados de los años 60, el Profesor Sir Ian Coop, comenzó su trabajo de cruzar el Romney con Border Leicester, junto con un estricto programa de selección, para aumentar la cantidad de mellizos producidos. Tuvo que luchar muchos años con los Planteles de Pedigree, que no valoraron  este nuevo avance tecnológico y despectivamente  catalogaron  a la raza resultante, Coopworth, como “mestiza”.

Este Coopwoorth producía un 50% más de corderos destetados por oveja, mejoría lograda principalmente por haber cruzado dos razas complementarias y en mucho menor medida a la selección y vigor híbrido.

 Un trabajo de mucho mayor impacto fue el realizado por el Dr. Jock Allison, a comienzo de los años 90, al introducir al conservador escenario racial de Nueva Zelandia, las razas Finnish Landrace, Texel y East Friesian. Sin embargo, lo más importante fue introducir el concepto de formación de nuevas razas o compuestos, basado en los descubrimientos de los norteamericanos en CLAY CENTER, Nebraska, en los años 60.   Ahora quedaba claro que los registros genealógicos  basados en el Pedigree, sin antecedentes productivos, no tenían mayor valor.

En los años 90 la situación de los productores ovinos de Nueva Zelandia era tan mala, que el inventario nacional se había reducido a sólo 30 millones de ovejas y muchos cientos de productores habían vendido sus campos.

A pesar de la férrea oposición de los planteles de Pedigree productores de genética tradicional, preferentemente Romney, el esfuerzo del Dr. Allison fructificó y en sólo 15 años, el promedio nacional de las ovejas en Nueva Zelandia subió a 1,4  corderos destetados, con más de 37 kilos de peso vivo por cordero. Los productores con buenas praderas ahora producen  algo más de 900 kilos de cordero/ha.

Hoy día, gracias al cambio genético generalizado, tanto por la aparición de nuevas razas, como por un fuerte proceso de selección por resultados, Nueva Zelandia, con 30 millones de ovejas produce casi la misma cantidad de carne de cordero que cuando tenía 70 millones de ovejas. Lamentablemente para ellos, han llegado a un nuevo techo, pues en el corto plazo no hay tecnologías disponibles para seguir aumentando la eficiencia de sus ovejas, ni la producción de sus praderas. Tampoco hay nuevos terrenos de baja producción que mejorar. El aumento de los costos vuelve a transformarse en una amenaza para estos productores.

Su próxima meta será producir corderos pesados, de sobre 25 kg de canal. Para ello deberán volver a cambar su genética, introduciendo germoplasma que favorezca la producción de leche de la oveja y el carácter magro de las crías.  El proceso de cambio se permanente como en todas las industrias y a la larga los consumidores terminan recibiendo productos de mucho mejor calidad y a un precio más conveniente.

Paralelamente  los científicos en Nueva Zelandia ya trabajan para aumentar la eficiencia reproductiva de la oveja, con avances anuales de 3 a 4%, mientras que los genetistas forrajeros aumentan en  3% anual  la productividad de las nuevas forrajeras que saldrán al mercado en los próximos años.

EN CHILE:

El desconcierto sobre que raza utilizar es muy grande entre los profesionales y con mayor razón entre los productores que reciben de cada profesional una opinión distinta.

Se recomiendan razas, sin haber definido primero cuales son los objetivos de mayor impacto para el productor.

Por ejemplo se recomienda mucho utilizar carneros Texel. Si el objetivo principal fuera mejorar la calidad del cordero con animales magros y de mejor conformación, la recomendación estaría correcta. Sin embargo, para el productor, lejos la primera prioridad, es aumentar el número de corderos destetados por oveja encastada.

 Esto no se logra con el Texel. Al contrario, la mayor parte de las líneas Texel  son utilizadas sólo, como cruzamiento terminal, donde todas las crías hembras van a matadero. La razón es su baja tasa de prolificidad, pues produce muy pocos mellizos. De esa forma es imposible aumentar la masa de un productor. Si dejara hembras de esta cruza para su reproducción, obtendría cada vez menos corderos, al ir reemplazando cada año una parte de su rebaño por un ganado poco prolífico.

Esta recomendación de usar Texel es muy buena para mejorar la calidad de los corderos, factor que en Chile hoy día, casi no se valora ni paga. En nueva Zelandia la principal raza de carneros para cruzamientos terminales es el Texel.

Otro ejemplo es la recomendación de usar Suffolk, por su gran popularidad. Se olvidan que en el país es una raza poco prolífica y que los corderos se engrasan a los 30 kilos de peso vivo. Si se utilizara estas ovejas, aún en praderas de muy alta productividad, no sería un  negocio rentable, por la baja cantidad de corderos producidos y la limitación en su peso de faenamiento.

La recomendación más curiosa es utilizar el Dorset en la zona sur, para tener un ciclo sexual amplio y así producir 1,5 o  en algunos casos hasta dos partos al año. En primer lugar por la latitud geográfica, las razas de ciclo amplio, sólo expresan parcialmente esta característica. Adicionalmente no es recomendable pasar directamente de un manejo prácticamente extensivo, con un parto al año y un solo cordero destetado por oveja, a otro manejo muy intensivo, con más de un parto anual. Primero hay que dominar el manejo reproductivo y nutricional del rebaño, produciendo en un parto una proporción importante de mellizos. Sin la adecuada nutrición, el fracaso de tener partos frecuentes está garantizado.

Otros factores no considerados en esta recomendación es la poca prolificidad de los Dorset y su tendencia a engrasarse cuando sobrepasan los 35 kilos de peso vivo, por lo que su productividad es menor.

Un factor muy importante, que recién se está teniendo en cuenta en el extranjero, es la precocidad sexual, donde con encastes a los 7 meses de edad, las hembras producen un cordero cuando recién cumplen un año. Este es un cordero adicional en su vida productiva, no afecta su posterior desempeño y los corderos son muy similares a los de ovejas adultas.

 Como esta categoría de hembras representa la clase más numerosa del inventario, muchas veces sobre el 25%, el lograr en promedio un cordero significa aumentar el porcentaje de parición del predio en forma muy importante y prácticamente sin ningún costo adicional.

En resumen, antes de recomendar una determinada genética, es necesario definir lo que se quiere obtener y como dicha genética cumple con los resultados esperados.

Los principales requerimientos son:

  1. Alta prolificidad, con al menos 1,5 corderos destetados por oveja adulta.
  2. Precocidad sexual, que permita obtener al menos 1 cordero destetado en borregas, cuando cumplan 1 año de edad, con encastes a los 7-8 meses de edad.
  3. Calidad carnicera del cordero, donde lo más importante es que sea magro y permita faenarlo, al menos con 45 kilos de peso vivo.
  4. Carne tierna, sabrosa y suave, sin olor.
  5. Buena proporción de músculos que den origen a chuletas grandes y piernas voluminosas.

 

 

 

GENÉTICA:  LA TECNOLOGÍA OLVIDADA EN LA PRODUCCIÓN OVINA DEL SUR DE CHILE

                                                                                                                                      Daniel Claro Mimica

                                                                                                                             Ing. Agrónomo M. Agri. Sci.

                                                                                                                                          GOLDENSHEEP LTDA

 

En general hoy día los suelos del sur de Chile tienen un alto valor comercial. Para poder sostener un negocio ovino rentable en ellos, deben cumplir con elevados estándares de calidad, para que los demás componentes del  sistema productivo puedan expresar todo el potencial que el rubro tiene con la tecnología moderna.

SUELO: Es la inversión más alta de toda explotación ganadera, representando sobre el 80% del capital total requerido.

La productividad del suelo, en el negocio ganadero, se expresa en el potencial del forraje que puede producir la pradera que soporta, medida en kilos de materia seca por hectárea.

En la zona sur, para que el suelo pueda sostener una ganadería rentable, debe tener las condiciones mínimas que requieren las praderas que exigen las praderas de alta productividad. Estas condiciones mínimas son un buen drenaje; saturación de aluminio menor a 3%; pH sobre 5,8; fósforo superior a 15 ppm; azufre 20 ppm.  y potasio 200 ppm.

Las fallas más generalizadas de los suelos del sur son problemas de drenaje; altos niveles de acidez y saturación de aluminio, bajo contenido de fósforo y azufre.

Por eso, antes de mejorar las praderas es indispensable mejorar el suelo.  De otra forma la inversión en praderas productivas se pierde rápidamente y se produce un retorno a la cubierta de chépica y malezas que caracterizan a las praderas naturales de suelos pobres.

PRADERAS: Son la fuente de alimentación del ganado, mediante el pastoreo directo y  de forrajes conservados, ya sea como ensilaje o heno. Sólo en las lecherías de alta producción se utilizan concentrados.

En suelos de buena fertilidad el potencial de las praderas es de 10 a 15 ton de materia seca/ha/año.

La fertilidad del suelo es la base productiva y representa una elevada inversión. Sin embargo otros factores también son de máxima importancia, como las especies forrajeras que se establecen y las variedades de dichas especies.

Las especies clásicas están en la mezcla de trébol blanco asociado a ballicas perennes, que se adaptan en excelente forma al manejo ovino intensivo, con más de 80 años de éxito en países de clima y suelos similares a los de nuestro sur.

GENÉTICA DE FORRAJERAS:

Recientemente se han incorporado a esta mezcla o como cultivos suplementarios, dos nuevas especies, chicoria y plantago (siete venas), hierbas forrajeras, desarrolladas genéticamente en Nueva Zelandia a partir de malezas. Tienen una duración de hasta 4 años, pero aportan una gran producción de verano, aún bajo condiciones de sequía, gracias a sus profundas raíces.

Otras características de estas de estas nuevas forrajeras son el alto contenido de energía y minerales, que aumentan la producción diaria de leche o carne de 7 a 10%.

Por otra parte, las variedades modernas de forrajeras son muy superiores  a las con más de 10 años  de antigüedad, en producción de materia seca; resistencia a enfermedades y plagas; valor nutritivo. Esto debido al permanente trabajo genético de las empresas productoras de semillas, que logran un mejoramiento acumulado anual de 2 a 3% en promedio.

Este constante mejoramiento en productividad de las nuevas variedades de las forrajeras, hace necesario un recambio de praderas, al menos cada 10 años, para incorporar las variedades más recientes que pueden superar la productividad de las antiguas en 15 a 20%, lo que de por sí justifica plenamente el recambio.

Por suerte todas estas nuevas variedades llegan muy rápido a nuestro mercado, aunque muchos agricultores insisten en las antiguas variedades que conocen por más de 20 años.

A pesar de contar con las especies y variedades forrajeras de primer nivel, ese solo hecho no garantiza el éxito.

El manejo adecuado de los periodos de pastoreo; la altura de los residuos post-pastoreo; los rezagos y la fertilización de mantención, son  fundamentales para la sobrevivencia y alta producción de las praderas.

Con el buen manejo de praderas de alta productividad (10-15 ton materia seca/ha/año) se logra mantener 15 y hasta 20 ovejas/ha/año. Así se cumple con una parte muy importante de los requisitos para tener una alta eficiencia productiva con resultados económicos favorables.

GENETICA OVINA:  Junto al SUELO y PRADERAS, completa el trío de eslabones claves de la cadena productiva de la producción de carne ovina.

Es el factor más OLVIDADO, pues estamos acostumbrados a las razas tradicionales, las que en el rubro ovino, no solo son muy pocas en el sur de Chile, sino también tienen su productividad estancada desde hace más de 50 años. En todo este período no han sido mejoradas e incluso se han deteriorado.

Su producto principal, la carne de cordero, no cumple con las exigencias mínimas de calidad exigida por los consumidores.

Además sus bajos parámetros productivos tampoco satisfacen las necesidades económicas de los productores.

Ambos factores han producido en los últimos 50 años una reducción del inventario de ovinos del sur y centro sur, de al menos un 70%, a causa de los malos resultados económicos que originan.

En otros rubros ganaderos del sur han habido importantes cambios genéticos. Hace 30 años el Hereford era la raza más apreciada en producción de carne bovina, gracias a la rusticidad de sus vientres y a los novillos de menor edad que entregaban al mercado. Hoy día el Hereford ha sido sustituido masivamente por el Angus, que produce carne bovina de mejor calidad, gracias a su terneza, sabor y jugosidad.

La GENETICA OVINA MODERNA tiene dos atributos productivos de máxima importancia:

  1. CALIDAD DE LA CARNE: Gracias a que su grasa tiene mucho menor cobertura; mayor infiltración en la masa muscular y mejor composición de ácidos grasos, resultando en un producto sin olor a sebo, sabor suave, tierna y muy jugosa. Estas características hacen posible la producción del cordero pesado, con 45 a 55 kg de peso vivo a los 5 meses de edad, frente a los 35 kg a los 4 meses de las razas tradicionales.

  1. PROLIFICIDAD: Representa el número de corderos nacidos por oveja y que ya alcanza a sobre 1,5 corderos destetados por oveja en las razas modernas, en comparación con 1,1 corderos destetados de las razas tradicionales.

De esta forma, una oveja moderna es capaz de producir al menos 75 kg de corderos destetados, frente a los 40 kg de una oveja tradicional. Eso representa un aumento en la productividad de casi un 90% por oveja.

En general las razas más productivas tienden a ser de mayor tamaño y peso que las de menor producción. Por ello sus requerimientos nutricionales aumentan, a medida que aumenta su peso. De allí la importancia de analizar LA EFICIENCIA de conversión de alimento en carne, pues existe la creencia de que estas razas al consumir más alimento serían menos eficientes.

EFICIENCIA DE PRODUCCION:  Siendo el suelo el capital de mayor valor del negocio ovino, la producción de forraje y su conversión en carne, es fundamental para determinar los resultados económicos.

 No sólo se trata de producir más pasto, que solo es la materia prima para el producto final, la meta es aumentar la producción de carne por hectárea.

En este aspecto, el porcentaje de utilización del forraje producido es de gran importancia, dependiendo del manejo de las praderas y del ganado. En lecherías es difícil sobrepasar el 70% de utilización, mientras que en ovinos se llega hasta un 85%, dada su mayor flexibilidad en el manejo nutricional del rebaño de ovejas, durante el año.

La genética ovina es de elección del productor y determina en gran medida la eficiencia de conversión de pasto a carne, habiendo una gran diferencia a favor de las razas modernas.

 Las razas ovinas modernas  especializadas en producción de carne, en general, son de mayor tamaño que las tradicionales. El consumo de alimento de estas ovejas más pesadas es más elevado que el de ovejas más pequeñas, pero no son necesariamente menos eficientes.

En la zona sur la energía es la principal limitante de la alimentación del ganado, por eso la eficiencia con que se utiliza es un muy buen parámetro para medir la conversión del pasto en carne.

El consumo de energía de una oveja depende no solo de su tamaño sino también del número de corderos que produce. El consumo anual de energía, expresada en  Mega Joules de Energía Metabolizable (MJ EM) es el siguiente:

Oveja seca                                                                                3.775 MJ EM

Oveja con 1 cordero hasta 35 kg de peso vivo                    5.860 MJ EM

Oveja con 1,5 corderos hasta 35 kg de peso vivo                6.670 MJ EM   (+13%)

FUENTE: Elaborado en base a Nicol & Brook,2007 NZ Society  of Animal Production

Un rebaño  con genética moderna puede producir 1,5 corderos por oveja que comparado con 1,1 corderos de las razas tradicionales significa un 35% de aumento en la cantidad de corderos, con sólo un incremento en el costo energético de 13%.

Sin embargo, la mayor ventaja de las razas modernas al producir corderos magros, es la producción de corderos pesados, donde se expresa realmente la mayor eficiencia de conversión del forraje, gracias a la característica genética del tipo de cordero producido.

La energía consumida por una oveja moderna para producir en promedio 1,5 corderos anuales varía según el peso final del cordero.

1 oveja TRADICIONAL + 1,1 cordero de 35 kg peso vivo                       5.860  MJ EM

1 oveja + 1,5 corderos de 35 kg de peso vivo cada uno                          6.670  MJ EM

1 oveja + 1.5 corderos de 45 kg de peso vivo cada uno                          7.232  MJ EM

1 oveja + 1,5 corderos de 50 kg de peso vivo cada uno                          7.569  MJ EM

FUENTE: Elaborado en base a Nicol & Brook,2007 NZ Society  of Animal Production

En el caso del peso más alto (50 kg x 1,5 corderos), la producción por oveja es de 75 kg de peso vivo y su consumo de 7.569 MJ EM. La oveja tradicional produce 40 kg de cordero, con un consumo de 5.860 MJ EM.  Para un aumento  de 89% en la producción de  kilos de cordero por oveja, sólo se produce un aumento de 29% en el consumo energético aportado por el forraje.

En resumen las razas modernas no sólo producen más corderos de mayor peso, sino que son mucho más eficientes en la conversión de pasto en carne.

Hay muchos factores que determinan la rentabilidad de la ovejería moderna, pero el más olvidado de todos en nuestro país, es sin ninguna duda la genética, a pesar de su gran impacto.

 

 

EL CORDERO PESADO GANA TERRENO

                                                           Daniel Claro Mimica

                                                                                                                                   Ing. Agrónomo M.Agr.Sci

     GOLDENSHEEP LTDA

 

La industria ovina en EEUU siempre ha sido el pariente pobre de la ganadería. concentrándose en algunos estados del interior y muy especialmente en las reservaciones de  tribus indígenas. Hasta en las películas de vaqueros los ovejeros siempre fueron discriminados por los grandes ganaderos, relatando sin duda la realidad del rubro en los tiempos del lejano oeste.

Los norteamericanos nunca se han destacado entre los países productores ovinos, a diferencia de su indiscutido liderazgo mundial en la tecnología de producción de carne bovina.

Sin embargo, gracias a su pragmatismo y gran capacidad de innovar, han sido los pioneros en los dos principales adelantos genéticos que hoy día son fundamentales para la producción eficiente de carne ovina.

En primer lugar, a mediados del siglo pasado en la Estación Experimental de Clay Center, Nebraska, descubrieron que las leyes genéticas de Mendel, con su natural dispersión en los cruzamientos, no aplicaban para los principales factores productivos de reproducción, ganancia de de peso etc., sino que dichos parámetros se rigen por la genética aditiva. Con ello, al hacer cruzamientos entre 4 razas, dieron origen al Polipay, la primera raza compuesta ovina, de muy rápida estabilización genética y cuyos principios técnicos revolucionaron al rubro  en Australia y Nueva Zelandia 40 años más tarde.

El otro aporte fundamental ha sido el concepto de producir corderos pesados, para lo cual es indispensable la característica de presentar carne magra. Así los corderos en EEUU se faenan con 80-90 kg de peso vivo a los 11 meses de edad, luego de un proceso de engorda a feedlot.

Determinaron que el carácter magro está asociado, en términos generales, al tamaño del peso adulto del animal. Mientras mayor sea el peso adulto, más se demora durante su etapa de crecimiento en depositar grasa y por ende se pueden faenar a una edad y peso mayor sin sobreengrasarse.

Lentamente los líderes mundiales del mercado ovino han ido reconociendo estos dos grandes descubrimientos de los norteamericanos. En el caso de la carne, en Nueva Zelandia por 60 años produjeron corderos de 12 kg vara. En los últimos 20 años, gracias al cambio genético y a la presión económica, han aumentado a 19 kg vara el peso promedio de sus corderos. Lejos aún de los 30 a 40 kg vara de los corderos producidos en USA. Para continuar aumentando el peso de faenamiento de sus corderos, en Nueva Zelandia, deberán volver a modificar su genética para reforzar dos factores fundamentales, por un lado la producción de leche de las ovejas, a fin de obtener un peso al destete mucho más elevado que el actual y por otro aumentar el factor magro a un mayor nivel que el actual.

Tal como hemos definido hace ya un buen tiempo, en nuestra política de producción de corderos, la apuesta de volcarse al CORDERO PESADO se está imponiendo cada vez con más fuerza en los países líderes del rubro.

Nuestros estudios técnicos indican que el cordero pesado, en el rango de 45-50 kg de peso vivo, es la forma más eficiente de producir corderos para el sur de Chile, aprovechando el periodo de primavera-verano-otoño, que acumula más del 80% e la producción anual de las praderas.

  Para ello es indispensable contar con la genética que garantice la obtención de carne magra y praderas de excelencia para que la ganancia de peso de los corderos sea muy alta, y así  puedan alcanzar esta meta a una edad temprana, 5 a 6 meses de vida, antes de la presencia del invierno donde es muy difícil obtener ganancias de peso.

La época del año más propicia para el crecimiento y desarrollo de los corderos en el sur, está comprendida entre mediados de Septiembre y fin de Marzo, periodo donde se dispone del máximo crecimiento de las praderas además de un alto valor nutritivo, donde el contenido de energía del alimento es fundamental, puesto que normalmente el nivel de proteína está sobre el mínimo requerido.

Podemos distinguir dos etapas en el proceso del desarrollo del cordero. La primera corresponde a la lactancia y luego la engorda.

LACTANCIA:

Comprende desde el nacimiento hasta el destete. Tiene dos fases bien definidas:

  1. Desde el nacimiento hasta los dos meses de edad, periodo donde la leche es el alimento principal del cordero, aportando el 90% de sus requerimientos nutricionales en promedio. Este periodo coincide con los máximos requerimientos de la oveja, que hasta cuadriplica sus requerimientos nutricionales básicos. Por ello el manejo animal la hace coincidir con el máximo crecimiento de las praderas en plena primavera.

A pesar de contar con forraje muy abundante el costo de la lactancia es tan importante para  las ovejas de alto nivel productivo que no son capaces de consumir todo el alimento requerido, aunque haya una gran abundancia de pasto. Deben recurrir a sus reservas corporales de grasa para mantener un alto volumen de producción láctea, por lo que bajan de peso.

  1. La segunda fase se caracteriza por la declinación de la producción de leche y el aumento rápido del consumo de pasto por parte del cordero, que rápidamente pasa de ser monogástrico a rumiante. Casi todas las razas ovinas tienen una lactancia corta, con un máximo de 90 días de duración.  Las razas lecheras como la East Friesian o Milchshaf tienen lactancias superiores a los 180 días.

El destete se programa según la disponibilidad de leche de la oveja y de pasto para alimentar a los corderos destetados. En la producción de corderos de hasta 35 kg. de peso vivo el término de la lactancia de las ovejas coincide con el peso de faenamiento de los corderos y van directamente al matadero, sin un período de engorda.

En el caso de los corderos pesados, con metas de 45-50 kg o más, se requiere un periodo de engorda para completar el proceso productivo

DESTETE Y ENGORDA:

Los corderos provenientes de genética con participación de la raza East Friesian , nacidos a fin de Septiembre, en el sur de Chile, ya  pueden alcanzar un peso de 40 kg a fin de Enero, a una edad cercana a los 4 meses, oportunidad en que son destetados. Si además poseen genética magra pueden continuar su ciclo productivo pasando a la etapa de engorda.

Para ello se deben  alimentar en praderas de muy alta calidad, pues sus exigencias nutricionales son muy elevadas, particularmente en forrajes de alta energía y digestibilidad. Así se asegura un alto consumo de nutrientes, para que su desarrollo no se vea afectado.

Por eso se requiere que las praderas tengan alta digestibilidad, nivel proteico superior a 13 % de proteína y sobre todo, un alto nivel de energía, sobre 2,75 M.cal de Energía Metabolizable por kg de materia seca.

El cumplimiento  de estos requerimientos nutricionales por parte del forraje, no es fácil si no se cuenta con una pradera adecuada. Las ballicas en el verano entran en un periodo de maduración natural, emitiendo espigas, seguido de un periodo de latencia productiva. No solo se detiene momentáneamente su crecimiento, sino que baja notablemente su calidad nutritiva, su digestibilidad y valor proteico.

Sólo el trébol es capaz de tener buen desarrollo en el verano con un alto contenido de energía y proteína, requerimientos indispensables para que los corderos ganen peso a elevadas tasas sobre los 0,3 kg por día.. También cumplen con este requisito las hierbas forrajeras: chicoria y siete venas.

Otras opciones para la engorda estival de corderos son el uso de cultivos forrajeros suplementarios como raps; raps asociado a trébol rosado, o trébol rosado-siete venas y/o chicoria.

El proceso de engorda es la etapa de mayor rentabilidad en el ciclo productivo ovino, similar al caso de los bovinos de carne, pues en este caso el costo adicional en tiempo y en recursos es muy marginal, de modo que prácticamente todos los kilos ganados son utilidad neta.

Hoy día prácticamente no hay engordas de corderos en el país, principalmente por no disponer de la genética magra y también por no contar con las praderas de alta calidad.

En la siguiente tabla se indica el peso óptimo de faenamiento para los corderos provenientes de razas magras, o donde uno de sus padres posee genéticamente dicho carácter

 

PESO OPTIMO DE FAENAMIENTO DE CORDEROS SEGÚN TAMAÑO DE SUS PADRES

tabla pesos

La tabla está confeccionada en base a promediar el peso adulto de la oveja  con el peso adulto del carnero de las razas progenitoras, multiplicando dicho resultado por 0,7. Dicha cifra indica el peso optimo de faenamiento de las crías, según su desarrollo fisiológico, antes de comenzar la etapa del desarrollo donde depositan grasa. Esta tabla no aplica para razas no magras.

En el caso de la raza Goldensheep donde la oveja tiene un peso promedio 70 kg y el carnero 110, el peso recomendado para el faenamiento sería de 63 kg. Si se sobrepasa el peso recomendado se corre el serio riesgo de producir canales engrasadas.

MERCADO:

Afortunadamente nuestro mercado y la Planta Faenadora del sur, han asumido que el futuro de la producción de corderos del sur pasa necesariamente por el cordero pesado, siendo lo más conveniente, no sólo para los productores, sino también para el proceso de industrialización de la carne y en forma muy especial para el consumidor final.

Esta realidad ha costado mucho en ser aceptada en países líderes del rubro ovino como lo es Nueva Zelandia, que se ha caracterizado, no solo por sus innovaciones científicas en favor de la producción ovina, sino también por tener una mentalidad profundamente conservadora en la composición racial de sus rebaños.

Luego de casi 100 años, donde el cordero liviano de 27 kg de peso vivo y 12 kg de canal, basada en la oveja Romney era el estándar del cordero de calidad. Sobre ese peso no se podía comercializar por acumular una gran cantidad de grasa. El aumento acumulativo de los costos de producción hicieron muy poco competitiva a la industria ovina de Nueva Zelandia que en 25 años bajó su inventario de 70 a 35 millones, sobreviviendo solo los productores de mayor tamaño y eficiencia.

Luego a mediados de los años 90 introdujeron nueva genética proveniente de Europa, encabezada por las razas East Friesian y Texel, que  en sus cruzas con el tradicional Romney y gracias a ser magras, permitieron la producción de corderos más pesados, pero aún con un fuerte componente Romney.

Se estableció un nuevo estándar donde el peso de la canal promedio llegó a 17,5 kg. Todavía el Romney, mejorado por selección, domina el inventario, pero cada vez va disminuyendo su impacto con el crecimiento de nuevas razas compuestas, donde el Romney forma parte de ellas como  un componente cada vez menor.  Incluso este  nuevo estándar de 17.5 kg promedio, con un tope de 22 kg para las canales de cordero, se ha ido quedando estrecho ante la permanente lucha de los productores contra el aumento de costos y el aumento de las razas modernas que son mucho más magras incluso que el Romney mejorado.

Lentamente y a razón de 0.3 kg por temporada, se ha ido incrementando el peso promedio de las canales, gracias a que cumplen con el requisito básico de ser magras. Hoy día el peso promedio de las canales de cordero de Nueva Zelandia ha subido a 20 kg y seguirá subiendo.

La industria ovina de Nueva Zelandia tuvo que adecuar sus parámetros de calidad y precios, primero con el cambio de 12 kg a 17.5 kg de peso de canales, eliminando el castigo anterior que pesaba sobre varas de sobre 13 kg., estableciendo una nueva escala  con un tope de 22 kg.  que es el adecuado para su actual genética.

La realidad del mercado y el gusto de los consumidores hace cambiar las exigencias para la cadena productiva. El piso para el mercado de USA y Europa del Norte es de 22 kg vara de carne magra. Muy pronto en Nueva Zelandia deberán cambiar sus normas para promover canales que superen los 22 kg de hoy día.

PRECIO VARA NETO A PRODUCTOR NZ Diciembre 2014
Kg  vara $NZ cordero $NZ/ kg $US/kg $ CH/kg
13 51,73 3,98 2,97 1.869,16
15 88,39 5,89 4,39 2.767,95
17 103,13 6,07 4,52 2.849,59
19 111,62 5,87 4,38 2.759,53
21 122,95 5,85 4,37 2.750,15
FUENTE:  Elaborado en base a Agri HQ-SB report December 2014
1 $US = 0,7456 $ NZ
1 $US = $ 630

Hoy día el precio vara para los productores de corderos en Nueva Zelandia no ofrece mayores diferencias entre los 15 y 21 kg, rango donde se concentra toda la producción. Sin embargo, se establece un fuerte castigo para el que fuera su producto estrella hace 30 años atrás, el cordero de 13 kg vara.

La razón no sólo es por la eficiencia de la cadena productiva, que ha eliminado esta opción, sino porque la demanda de este cordero liviano se ha ido reduciendo a gran velocidad y hoy día sólo se mantiene en los países europeos del área mediterránea, que además concentra la pobreza del continente.

En el futuro cercano, la presión de los productores por producir corderos más pesados y de los mercados que prefieren este tipo de corderos, hará que el poder comprador de las plantas procesadoras en Nueva Zelandia eliminen el castigo para los corderos pesados, donde los productores previamente deberán introducir nuevas modificaciones a sus componentes genéticos para fortalecer el componente magro de las canales a pesos cada vez mayores..

EL NEGOCIO OVINO EN CHILE

Daniel Claro Mimica
Ing. Agrónomo, M.Agr.Sci.
daniel@goldensheep.cl

MAGALLANES:

Principal región ovejera del país. En la actualidad con 2 millones de ovejas y 95% de las exportaciones de carne  ovina del país.

Sistema productivo extensivo, donde casi el único insumo es la mano de obra, con un ovejero por 3.000 ovejas. Costos muy bajos en operación y tierra de muy bajo valor, sin otras opciones productivas, salvo los bovinos de carne que son menos rentables.

Se basa en pastos naturales, muy difíciles de reemplazar, tanto por costo como por condiciones climáticas. Actual producción muy cercana al techo productivo. Exportación de carne casi estancada con 5.500 a 6.000 ton/año, donde sólo 4.500 ton. van a Europa, cuya cuota sin arancel es de 6.000 ton/año y se incrementa en 200 ton. anuales.

El tamaño medio de los 300 principales productores ovinos es de 4.000 ovejas. Hay unos 15 EMPRESARIOS de mayor tamaño con rebaños desde 20.000 a 300.000 ovejas.

Margen bruto operacional aprox. $20.000 por oveja y $15.000 por hectárea. Pero cada productor tiene muchas ovejas en muchas hectáreas.

Aunque por razones de adaptación a las duras condiciones ambientales utilizan una raza doble propósito, cerca del 80% de los ingresos proviene de la producción de carne.

 

V a X REGION:

El inventario en 50 años  de esta macrozona bajó de 4 millones de ovejas, a sólo 1 millón. La reforma agraria  de finales de los años 60 eliminó las ovejerías de un tamaño superior a 1000 ovejas. Este cambio de escala productiva en la práctica significó el fin de la ovejería como rubro productivo comercial en toda la zona central y buena parte de la zona sur.

El sistema productivo era y aún  es, extensivo, similar al magallánico, pero en predios muy pequeños, en base a pasto natural e inviable por la reducida escala utilizada. Apenas genera ingreso para el pago de la mano de obra en los predios malamente llamados “grandes”.

Más del 75% del inventario está en explotaciones de 10 ovejas. Muy pocos predios comerciales con más de 1000 ovejas. Casi no hay empresarios, sólo agricultores.

Producción en zona central 20 a 30 kg de peso vivo/ha al año y en la zona sur 90 a 100 kg. Margen bruto operacional -$6.000/ha zona central y sólo $28.000 /ha en la zona sur.

PORQUÉ HAY UNA GRAN OPORTUNIDAD COMERCIAL:

 La declinación permanente del negocio ovino, desde los años 60 en adelante, a causa de que el rubro dejó de ser un negocio atractivo, se refleja fielmente en la desaparición de los empresarios ovinos y la constante disminución del inventario.

Hay regiones donde las cifras son realmente dramáticas, como por ejemplo en la V Región, cuyo inventario bajó desde casi 200.000 cabezas (1975) a menos de 27.000 y con seguridad seguirá bajando, por los 8 meses de sequía anual; inexistencia de mataderos; robos; ataque de perros; incendios etc.

Sin embargo, donde el clima es propicio para el crecimiento de las praderas durante la mayorparte del año, a pesar de la muy deprimida situación actual del rubro ovino, existe un enorme potencial esperando su oportunidad.

La tecnología moderna utilizada en los países líderes no se emplea en Chile y su aplicación hace el negocio muy rentable, en términos comparativos con otras alternativas ganaderas y agrícolas; particularmente en la zona sur, aunque no tanto en la zona central.

El gran potencial se concentra en las regiones IX, X y XIV, donde existen sobre 1,5 millones de hectáreas de pastos naturales de muy baja productividad, que  en un importante porcentaje se puede sustituir por praderas sembradas, si se mejora la fertilidad del suelo e incorpora semillas forrajeras. El aumento en productividad  de forraje por hectárea con este cambio es de hasta 5 veces.

EN LA ZONA SUR:

INGRESOS BRUTOS:  Esta cifra es muy fácil de calcular y nos da una primera idea del potencial económico de un rubro. No hay que engañarse porque lo que realmente importa es el Margen Neto, al descontar los gastos operacionales, habiendo algunos rubros con gastos muy elevados.

Lecherías TOP: Producen 8.000 lts. de leche/ha., con un precio productor de $200/lt. generando un ingreso bruto de $ 1.600.000/ha/año.

Engorda de novillos TOP: Producen 800 kg. de ganancia de peso vivo/ha/año vendidos a $ 1000/kg., obteniendo un ingreso bruto anual de $ 800.000/ha.

Crianza TOP: Produce 2,5 terneros/ha/año con 600 kilos vendidos a $1100/kg, ingresando una venta bruta de $ 660.000 /ha./ año.

Trigo TOP: Produce 75 quintales/ha a $ 15.000, con un ingreso bruto de $1.125.000/ha

Ovejería TOP: Con 20 ovejas/ha produce 1.250 kilos de peso vivo/ha anual a $ 900/kg. El ingreso bruto es de $1.125.000/ha.

 

GASTOS OPERACIONALES:

Cada cual tiene sus propios costos operacionales, por lo que es difícil generalizarlos. Es una tarea personal de cada productor analizar el potencial de su campo al explotarlo con las distintas alternativas productivas que son posibles de realizar.

La lechería y el trigo son los con mayores gastos operacionales.

La lechería, en mano de obra, electricidad, insumos veterinarios y concentrados alimenticios.

El trigo, en semillas, pesticidas, herbicidas, fertilizantes y maquinaria. El trigo no puede repetir el uso del suelo y es el más rentable de la rotación de cultivos, por lo que el ingreso promedio año, baja considerablemente al hacer el ciclo completo de cultivos de la rotación para un mismo potrero.

 El gasto en praderas es el mismo para todas las alternativas ganaderas “TOP”. La engorda tiene mayor costo en suplementación alimenticia que la ovejería y crianza. La mano de obra es similar para todas las opciones de producción de carne.

En resumen, sin entrar en detalles, el MARGEN OPERACIONAL de la OVEJERÍA moderna es el más alto de todas las opciones para la zona sur, lo que puede confirmarse con un análisis económico detallado. NO ES EL PARIENTE POBRE DE LA GANADERÍA COMO MUCHOS CREEN

CAMBIO TECNOLÓGICO ZONA SUR:

Pasar de un sistema EXTENSIVO  a un  INTENSIVO, con el cambio de pasto natural por praderas sembradas,  genera un aumento de 5 veces en la producción de pasto por hectárea. El cambio genético genera un aumento productivo de 1,8 veces por oveja.

Ambos factores tecnológicos se potencian y multiplican entre sí en lo económico, por aumento de la eficiencia productiva y baja de costos, aumentando el Margen Bruto Operacional de $ 28.000/ha a $540.000/ha anual.

 

GENÉTICA OVINA:

Chile no tiene razas ovinas modernas para producción de carne a nivel comercial.

Las utilizadas son de baja eficiencia con menos de 1 cordero/oveja; de mala calidad por exceso de grasa. El peso máximo de faenamiento no debe sobrepasar los 30 kilos  de peso vivo y el primer parto se produce sólo a los 2 años de edad.

La genética Goldensheep en promedio produce sobre 1,4 corderos por oveja, los corderos se faenan con sobre 45 kilos de peso vivo, son magros, de excelente calidad y sabor. El primer parto se produce con 1 año de edad.

 

RAZAS OVINAS MODERNAS EN PAISES TOP:

  • Combinación de varias razas en una LINEA MATERNA
  • Combinación de varias razas en una LINEA PATERNA
  • Cruzamiento de ambas líneas para obtener el producto de consumo final. TODAS las crías se faenan, pues las hembras tienen muy baja eficiencia reproductiva

Con el cambio genético Nueva Zelandia  DUPLICÓ la producción de carne de cordero por oveja de inventario a NIVEL PAIS en sólo 15 años

  • Goldensheep es una de las pocas razas a nivel mundial que tiene las líneas maternas y paternas, incorporadas en una sola raza, donde las hembras son excelentes reproductoras y no es necesario eliminarlas, como es el caso al utilizar un cruzamiento terminal.

 

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