DANIEL CLARO MIMICA
Ingeniero  Agrónomo, M. Agr. Sci.
daniel@goldensheep.cl

En las últimas décadas, la baja generalizada de precios; muchas veces asociada al aumento de algunos costos, ha reducido los márgenes operacionales de las explotaciones ganaderas. Adicionalmente, en muchos países está operando, cada vez con mayor énfasis, la globalización de la economía, de modo que los productores no sólo deben competir entre sí, sino también con los de otros países.

Esta situación hace que la única alternativa de los productores para mantener su negocio, es mejorar su eficiencia. Para ello  deben mejorar su tecnología para así aumentar su productividad; reducir costos y mantener o incrementar sus márgenes. Otras opciones son mejorar la comercialización de sus productos, obtener economías de escala por asociación con otros productores o más difícilmente por aumento del tamaño de la explotación. En otras palabras, utilizar las herramientas propias de una empresa. En la mayoría de los casos se puede utilizar, tanto las opciones tecnológicas, como también las de manejo empresarial, en forma simultánea.

La producción ovina en Chile y en muchos otros países, sigue utilizando tecnología productiva de explotaciones extensivas, que en muchos casos es relativamente fácil cambiar por un manejo intensivo, sólo con los conocimientos  requeridos y una adecuada inversión.

Uno de los cambios de  de mayor impacto económico y de menor costo, es la aceleración de la entrada en producción de las ovejas, para su primer ciclo reproductivo.

Normalmente las ovejas de reemplazo se incorporan  al rebaño reproductivo como borregas, a los 18 meses de edad, teniendo su primera cría a los dos años de edad. De esta forma han pasado este largo periodo de desarrollo, un año y medio, produciendo exclusivamente lana, que actualmente aporta una cantidad muy pequeña de ingresos.

El proceso de comenzar la vida reproductiva, se puede adelantar en un año, sólo en razas de madurez sexual precoz.

Esta etapa de desarrollo corporal para alcanzar la madurez  se puede acelerar en razas alta precocidad sexual, tales como Merino Precoz; Dorset; Goldensheep, que responden muy bien a una crianza acelerada, donde además de la genética. para ovular temprano en su vida, es fundamental una alimentación de excelencia, para evitar un daño en su desarrollo y posterior productividad.

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foto 1: Borrega Goldensheep de 13 meses de edad con su cordero de 6 semanas.

El manejo preferencial comienza al destete a los 3  meses de edad, donde las corderas deberían pesar 30 kg. de peso vivo. Además del manejo sanitario para mantener una baja carga parasitaria, es necesario tener praderas con muy buena disponibilidad de forraje de alto valor proteico. En su defecto, tal como ocurre en el Secano Central, donde hay más de seis meses sin forraje verde, o en el período estival de la zona sur con praderas de baja calidad, se debe recurrir a la suplementación, para corregir la deficiencia de la pradera,tanto  en cantidad como en la calidad del alimento que ofrece.

Hay que tener presente que la meta final es lograr que las borregas tengan su primera cría a los 12-13 meses de edad. Para ello se deben encastar a los 8 meses de edad, momento en que deben estar física y fisiológicamente desarrolladas, para que su sistema reproductivo comience a funcionar, con ovulaciones periódicas.
Estas ovulaciones son normales cuando el desarrollo es adecuado. Una forma práctica de medirlo es que las borregas alcancen a dicha edad el 75% de su peso corporal adulto, es decir, aproximadamente 50 kilogramos de peso vivo.

En otras palabras, las borregas deben aumentar 20 kg. en un período de 150 días, o sea, un promedio de 0,133 kg./diarios, cifra relativamente fácil de alcanzar, dependiendo de la calidad de la pradera. Para asegurarse de cumplir esta primera meta el agricultor debe hacer controles periódicos mensuales y en caso necesario suplementar.

Los resultados obtenidos con ovejas Goldensheep, durante muchas temporadas, superan el 95% de preñez y 1,25 corderos nacidos por oveja parida, de modo que  se obtienen sobre 100 corderos por cada 100 borregas de un año de edad en el rebaño.

Esta cifra es de gran importancia en los resultados económicos, porque generalmente la categoría borregas de reemplazo, representa 25-27% de la totalidad del rebaño. La producción total de corderos del predio aumenta en un porcentaje similar, frente a la alternativa de esperar un año adicional sin reproducir a esta categoría de ovejas. En otras palabras, si incorporamos este adelanto tecnológico aumentaremos en un 25% el número de corderos producidos en el predio. Cabe destacar que esta técnica de manejo, es sólo posible cuando el rebaño es de una raza de adecuada precocidad sexual. No resulta con razas de maduración sexual tardía,como Romney, Texel,Border Leicester,Corriedale etc.

El manejo de las borregas debe hacerse en un rebaño separado de las ovejas adultas para darle así una atención preferencial. Es preferible utilizar en el encaste carnerillos de una edad similar a las borreguitas, 8 meses, para así compatibilizar el tamaño corporal de ambos sexos.

Durante la preñez es necesario preocuparse de la alimentación, a fin de que permanentemente las borregas estén en una buena condición corporal, grado 2,5 a 3,0 a objeto de evitar un atraso en su desarrollo, pues además de la demanda nutricional de la preñez, ellas deben seguir creciendo para alcanzar su tamaño adulto.

La recomendación es que el rebaño de borregas de parto precoz ingrese a un potrero rezagado con buena cantidad y calidad de forraje un par de semanas antes del inicio esperado de los partos. De esta forma, no es necesario forrajearlas evitando problemas de manejo.

El manejo durante el parto debe ser cuidadoso, con una observación del rebaño 2 veces al día, para ayudar en el proceso del parto a un pequeño porcentaje que eventualmente puede tener dificultades. Esta categoría de ganado es mucho más sensible a la nutrición en las últimas semanas previas al parto que las ovejas adultas. Una alimentación insuficiente puede generar una gran cantidad de corderos muy pequeños, muchos de los cuales no sobreviven. Por otra parte un exceso de alimentación genera un 10 a 20% de partos distócicos por exceso de tamaño de los corderos, debiendo asistir a la borrega en su parto.

Sin embargo, el cuidado más importante es vigilar que la nueva madre acepte a su o sus crías, pues el instinto maternal a veces no está suficientemente desarrollado.

Es importante la tranquilidad, para evitar asustarlas, porque dejan abandonada a sus crías con cierta facilidad, particularmente en la primera semana desde el parto. Es recomendable ir separando diariamente las hembras paridas para manejarlas en un corralito de ahijamiento para su mejor observación y ayudarlas a que tengan un fuerte vínculo materno con sus crías, antes de trasladarlas a su potrero de lactancia.

La literatura indica que las borregas que se reproducen en forma precoz, si son alimentadas como corresponde, no tienen ningún perjuicio en su vida productiva y que adicionalmente al parto extra que se logra, también aumentan su prolificidad, produciendo un mayor porcentaje de mellizos que aquellas que no se reproducen en forma precoz. Esta información se ha visto plenamente corroborada en explotaciones a escala comercial.