DANIEL CLARO MIMICA
Ingeniero  Agrónomo, M. Agr. Sci.
daniel@goldensheep.cl

Una de las causas más importantes de la desaparición de las explotaciones ovinas, en muchos predios de la zona central y centro sur de Chile, ha sido el daño económico provocado por las perdidas de ovejas.

Estas pérdidas generalmente son de 2 tipos:

  1. mortandad causada predatores silvestres y perros
  2. robo de ganado

En zonas precordilleranas , el puma puede ser un problema complicado, pues aunque ataca en forma poco frecuente, cuando lo hace, el número de ovejas muertas es muy alto. Su control es difícil por tratarse de fauna protegida por ley.
También el zorro culpeo o colorado, en ciertas zonas puede ser un enemigo importante de los rebaños. También es fauna protegida, estando prohibida su caza.
En ciertas épocas específicas, como durante la parición, aparece otro tipo de depredadores, como aves de rapiña y carroñeras. Conocido es el daño causado por caranchos y gaviotas en Magallanes o jotes y tiuques en la zona central.
Sin embargo, el enemigo principal de los rebaños ovinos son los perros, que generalmente no son perros vagos, sino con dueño y que salen literalmente “a cazar ovejas”.
El daño por perros puede ser de gran magnitud  y generalmente mucho mayor que el ocasionado por el robo de ganado. El ataque de perros, es quizá el principal problema de seguridad de los rebaños, en la mayor parte de las explotaciones ovinas, particularmente en la zona Centro Sur y Sur del país.

¿PORQUÉ ATACAN LOS PERROS?

Los perros atacan, no para alimentarse, sino para satisfacer su instinto de cazador. Actúan generalmente en grupos, aunque el ataque de un perro solitario también suele ocurrir. Una vez que aprenden a cazar ovejas no hay forma de reeducarlos.
Los perros suelen juntarse y actúan en equipo. Mientras algunos rodean el ganado, haciéndolo correr en círculos, en forma similar a la labor de los perros ovejeros; otros atacan, mordiéndolo, generalmente en el tren posterior, para luego morder el cuello, degollando a la oveja.
Ocasionalmente alguna oveja logra soltarse y arrancar, quedando muy malherida. La mayor parte de estas sobrevivientes muere a los pocos días.

ataque perro 2

Oveja mordida por perro. Si no se la trata con medicamentos morirá

La mayor parte de los ataques de perros son de noche, o preferentemente de madrugada. Sin embargo, pueden actuar a cualquier hora, incluso a pleno día y con cualquier frecuencia, lo cual dificulta mucho el poder cazarlos.
Este daño por perros es enorme, pues en un par de horas, una jauría puede matar 50 ovejas y dejar muchas heridas, con mordeduras, que son difíciles de curar, por lo cual muchas deben ser sacrificadas. De esta forma, no hay explotación que resista un par de estos ataques al año.
Para la cura de las ovejas heridas, las de menor gravedad, lo mejor es hacer una limpieza del sector dañado, cortando la lana; luego se aplica agua oxigenada y un repelente para moscas. También es necesario inyectar un antibiótico de acción inmediata y otro de larga acción para prevenir las infecciones. Es conveniente dejar a las ovejas heridas en observación en un potrerillo de “enfermería”.

¿CÓMO NOS PODEMOS DEFENDER?

Por muy rentable que sea el rubro ovino, con pérdidas anuales que pueden llegar hasta el 30 y aún al 50% del inventario, entre el robo y ataque de perros, el negocio no resiste mucho tiempo. Ese ha sido el caso de muchos cientos de productores que han abandonado la actividad ganadera ovina.
ENCIERRA A CORRAL :
En muchos predios han elegido la encierra del ganado, en las tardes, en corrales, a fin de evitar, tanto el robo como el daño de perros. Esta medida, es posible que sea efectiva en pequeños rebaños, pero no se puede utilizar en explotaciones de mayor tamaño.
Sólo es factible para rebaños pequeños, menores a 100 ovejas. Su efectividad es altamente dudosa
Muchos productores creen que encerrando en las tardes a sus ovejas en un corral ya están defendidos del ataque de perros y de robos.
Lamentablemente no siempre es así, particularmente si los corrales no están al lado de la casa del cuidador y además protegidos por una malla de 1,6 a 1,8 mts de altura. Incluso así hay algunos perros capaces de trepar por dicha malla.
Al producirse un ataque de perros en los corrales, la mortalidad es altísima, pues los atacantes no necesitan correr para pillar a las ovejas. Además muchas veces éstas se amontonan tratando de escapar y mueren asfixiadas.
La experiencia indica que esta es una mala medida. Otorga una falsa seguridad, pues a los ladrones, les es mucho más fácil, pillar ovejas o corderos en el corral que en el potrero. Estos corrales, generalmente están cerca de la casa del cuidador, pero no contiguos, de modo que durante la noche le es muy difícil al cuidador percatarse de lo que ocurre en el corral, mientras el duerme.
Además, causa un gran perjuicio a los animales, reduciendo considerablemente el tiempo de pastoreo, con lo cual el rebaño se adelgaza y baja su productividad. Hay que considerar además otras dificultades ,como el barro en días de lluvia intensa o los problemas que la aglomeración de ovejas causa en pleno periodo de parición, donde la encierra puede producir el deshijamiento y muerte de muchos corderos, salvo en rebaños muy pequeños.
Es necesario tener presente que el ovino consume la mayor parte de su dieta de madrugada, hasta las 10 de la mañana y desde las seis de la tarde, particularmente en primavera y verano. Ese horario de mayor consumo, es precisamente donde el rebaño está encerrado.
Es necesario tener presente que el ovino consume la mayor parte de su dieta de madrugada, hasta las 10 de la mañana y desde las seis de la tarde, particularmente en primavera y verano. Ese horario de mayor consumo, es precisamente donde el rebaño está encerrado.
Tampoco son completamente seguros los corrales. Es el lugar ideal para que un ladrón vaya a elegir el ganado a robar, pues los corrales están a una cierta distancia de la casa del cuidador, quien una vez dormido no escucha los pasos del ladrón.
Los perros también entran a los corrales. Para tener una mejor protección, éstos deben estar cerrados con malla bizcocho, hasta unos dos metros de altura, incluso de esta forma existen perros capaces de trepar por la malla. Una vez dentro del corral,el perro mata 20 o 30 ovejas, sin ruido y sin correr.

Ataque de perros a ovejas “protegidas” en un corral. Hay algunas muertas y otras heridas Sin embargo, en este caso el mayor daño se produjo por la asfixia de las ovejas al tratar de arrancar de los perros.

Ataque de perros a ovejas “protegidas” en un corral. Hay algunas muertas y otras heridas Sin embargo, en este caso el mayor daño se produjo por la asfixia de las ovejas al tratar de arrancar de los perros.

Ovejas muertas principalmente por asfixia en ataque de perros a corral

Ovejas muertas principalmente por asfixia en ataque de perros a corral

las explotaciones extensivas, que son de gran tamaño, es mucho más difícil defenderse de los problemas mencionados.
La mejor defensa es un cerco perimetral electrificado y el uso de perros guardianes en explotaciones intensivas y solamente perros guardianes en explotaciones extensivas, donde el cerco electrificado es de muy alto costo, por las grandes superficies de terreno que es necesario proteger.

El cerco perimetral electrificado:

cerco

Cerco perimetral electrificado en explotación ovina intensiva

El cerco eléctrico de 6 a 7 hebras, con una altura total de 1,35 metros, impide en gran medida el ingreso de perros. Es importante electrificar también las puertas o en su defecto colocarle malla de gallinero, pues es el lugar preferido de entrada de los perros.

La distancia entre las hebras es muy importante. En un cerco de seis hebras, las distancias recomendadas de separación entre hebras son: primera hebra desde el suelo, 15 cm; segunda, desde la primera, 15 cm; tercera, desde la segunda, 20 cm; cuarta, desde la tercera, 25 cm; quinta, desde la cuarta, 30 cm. y sexta, desde la quinta, 30 cm.
En localidades donde existen períodos largos con pradera y suelo seco, la conductividad eléctrica es mala y se debe mejorar la instalación para que el cerco funcione todo el año, con al menos 3000 volts y ojalá 5000 volts en la línea. Para ello, es fundamental la instalación de una línea de retorno neutra hasta la caja reguladora, la cual corre paralela a la línea matriz, que lleva los impulsos eléctricos al inicio del cerco en el potrero. En el cerco mismo se realiza conexiones a tierra cada 500 m., para lo cual se conecta una hebra neutra a una estaca de fierro que está enterrada en el suelo.
Otra forma de asegurarse un buen contacto con tierra, es dejar electrificadas las hebras 2, 4 y 6, quedando neutras la 1, 3 y 5. De esta forma, los animales siempre hacen contacto con una línea electrificada y otra neutra, sintiendo el efecto de la descarga al rozarla.
El cerco se construye con postes cada 10 o 20 metros de distancia y piquetes o tutores separadores de líneas, cada 2 metros. Es importante mantener tensas las líneas, para lo cual lo mejor es el empleo de gripples, los que se instalan con una herramienta especial, que es la que hace la tensión.
Esta “muralla” externa, nos defiende bastante bien contra la entrada de perros y zorros, pero no sirve mucho contra los ladrones.
Este cerco perimetral es de alto costo. Sólo se justifica en explotaciones intensivas, con más de 8 ovejas/ha.  El valor fluctúa entre $1.500.000 y $2.000.000 por kilómetro lineal. Esta cifra generalmente espanta a los productores por su alto valor. Sin embargo, hay que hacer el cálculo como una inversión o seguro por oveja. Dicha cifra no sobrepasa generalmente los $4.000 por oveja, de modo que invertir, por una vez, esa cantidad para proteger a una oveja en forma permanente por muchos años, es muy razonable, en particular si el negocio ovino es rentable.

Perros guardianes:

Un excelente complemento para evitar totalmente el daño de perros, zorros y otros animales dañinos además de los ladrones, es el uso de perros guardianes. De hecho es mucho más efectiva que el cerco. Esta práctica es originaria del país vasco, en Los Pirineos, donde los perros resguardan a los rebaños de los lobos desde ya hace mucho tiempo.
Existen varias razas de perros especializados en el cuidado de rebaños, pero la más eficiente y utilizada es la GRAN PIRINEO. Su uso es muy frecuente en Canadá y en Estados Unidos, donde protegen a los rebaños de los coyotes, e incluso del oso pardo.
También esta raza se acostumbra a cuidar vacunos. En Chile, existen muy pocos ejemplares de perros de esta raza, la mayoría utilizados como mascotas por su gran docilidad y hermosura.

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Perro de la raza Gran Pirineo cuidando un rebaño de ovinos.

En la actualidad en Chile sólo unos pocos productores que los están utilizando, con mucho éxito, en el resguardo de sus rebaños y en explotaciones de características muy distintas.

En Cocharne XI Región, bajo condiciones de manejo extensivo, el resultado ha sido espectacular, pues las muertes de ovejas por ataque de zorro colorado, especie protegida, se ha reducido a cero en un predio que cuenta con esta raza de perros, mientras que los vecinos tienen mortandades muy altas, a causa de los zorros, que no tienen otra forma de control.
INIA TAMELAIKE, en un Proyecto Regional Piloto introdujo, desde nuestro criadero Goldensheep, una docena de cachorros Gran Pirineo entrenados en el cuidado de ovejas, poniendo fin al problema del zorro para  los productores favorecidos con este Proyecto

Los Gran Pirineo llegan a colonizar AYSEN

Los Gran Pirineo llegan a colonizar AYSEN

También muy exitoso ha sido el empleo de estos animales contra los perros y ladrones en Talca, VII Región, en un campo ovejero de riego. Igualmente, para estos mismos fines ha resultado una gran solución en un predio del secano costero de la zona central.  En ambos casos, ha sido en potreros pequeños de explotaciones intensivas. En los últimos dos años, en cada rebaño que posee un perro guardián Gran Pirineo, no se ha registrado ningún daño por perros ni tampoco robo, pérdidas que anteriormente alcanzaban  anualmente al 15% del rebaño.
El Gran Pirineo, es una raza que desde temprana edad se acostumbra a vivir con un rebaño de ovejas, y que se convierte en adelante en su rebaño y su familia. El perro convive con sus ovejas y las defiende de todo lo que él considera un peligro. Es así que el perro va donde están sus ovejas y las sigue al cambiarlas de potrero. Por ello es recomendable mantener un perro por rebaño o piño y siempre con el mismo grupo.
Durante la época de parición, el perro cuida a la oveja recién parida, instalándose cerca de ella por algunos minutos, ingiere la placenta y si aparecen jotes, tiuques u otros pájaros dañinos, los espanta para proteger al cordero recién nacido.

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Perro de raza Gran Pirineo cuidando una oveja recién parida que limpia a su cría.

En primer lugar, esta raza de perros no acepta perros extraños en su rebaño,  por lo cual no deja entrar a perros desconocidos al rebaño que cuida. Los persigue y si los alcanza, los mata. Más aún,  incluso es capaz de enfrentar a varios perros sin temor.

Tampoco acepta gente extraña en el potrero. Los mantiene a distancia, situándose siempre delante de su rebaño para impedir la entrada. No ataca, solo defiende. En caso  que el intruso insista y trate de pillar una oveja, sólo entonces ataca. Por ser un perro de gran envergadura, con 50 kg. de peso, impone mucho respeto y es muy difícil entonces que se produzca un robo.
El uso de perros guardianes para proteger a los rebaños es una necesidad cada vez mayor. Lamentablemente, la gran mayoría de los productores ovinos que tienen problemas de seguridad en sus rebaños y que han sufrido enormes pérdidas económicas, desconocen esta indispensable herramienta tecnológica, cuyo uso debiera implementarse en casi todas las explotaciones ovinas del país.
Estos perros viven permanentemente con su rebaño de ovejas y las defienden de los predatores y ladrones.  En el caso de las aves que atacan a las ovejas en parición, los perros las ahuyentan. Cuando se trata de perros o zorros, los persiguen llegando incluso a darles muerte. Cuando se trata de ladrones, en primera instancia les impiden acercarse a las ovejas amedrentándolos. Sólo en caso de que traten de tomar una oveja o cordero,  atacan, pues por naturaleza no son perros agresivos, salvo que invadan su territorio o traten  de perjudicar al ganado a su cargo.
El robo de ganado es difícil de detectar, pues generalmente corresponde a un robo a pequeña escala, donde con frecuencia roban 1 o 2 ovejas a la vez.   El problema es que si no se detecta oportunamente, mediante un control de inventario periódico, suele acumularse una pérdida de importancia al cabo de algunos meses.
La manera de operar es, que el o los ladrones entran al predio a pie y toman una oveja o cordero.  Entonces se lo llevan al hombro hasta un camino cercano, donde lo cargan en un vehículo. Este robo cuesta detectarlo,  y sólo se nota al realizar un recuento del ganado, donde ya faltan 30 o más animales, producto de muchas visitas de los ladrones.
Es un problema de muy difícil control, siendo lo más efectivo utilizar perros guardianes, los que impiden el ingreso de los ladrones.
La seguridad del rebaño es fundamental. No importa cuan rentable pueda ser el negocio ovino, si no hay seguridad, no hay negocio. Las pérdidas eventuales por robo y daño de perros pueden variar entre 10% a 30% o más del inventario y no hay rentabilidad que soporte ese tipo de pérdidas. Adicionalmente, este tipo de pérdidas pueden ocurrir en cualquier momento, las 24 horas del día y cualquier día del año. Es imposible y antieconómico tener vigilantes humanos en forma permanente, de modo que las medidas preventivas indicadas son las únicas recomendables.