Daniel Claro Mimica

                                                                                                                             Ing. Agrónomo, M.Agr.Sci.

                                                                                                                        Ganadera Goldensheep Ltda.

 

Es indudable  el enorme potencial que tiene la ganadería ovina de carne en las regiones del sur del país, desde la IX a la XI regiones, debido a las grandes superficies de praderas naturales, que hoy día tienen una producción de forraje insignificante y que mediante fuertes inversiones en la enmienda de suelos, pueden sembrarse con praderas de muy alta producción, similares a las mejores de Nueva Zelandia, gracias a las características climáticas.

Estas actuales cientos de miles de hectáreas de praderas naturales, dedicadas a la ganadería, tienen una producción de 2 a 3 ton de materia seca, en promedio, que impide lograr una rentabilidad positiva en cualquier rubro ganadero. Las nuevas praderas pueden incrementar la actual producción forrajera, en hasta 5 veces su nivel actual.

La alternativa mejor evaluada para utilizar en forma rentable el nuevo tipo de praderas, es la producción ovina intensiva, por varias razones; entre ellas la menor inversión en infraestructura productiva y en ganado; la mayor productividad de carne/ha de los ovinos frente a los vacunos; el corto ciclo productivo, que permite la obtención de un producto final terminado, incluso en regiones donde las praderas tienen un ciclo más corto por razones climáticas (XI región) y principalmente, por su mayor rentabilidad predial, que compite incluso con las mejores lecherías, pero con menores costos operativos, menor inversión y menor dificultad técnica.

IX – X y XIV Regiones:   La situación general es muy similar en todo este amplio territorio: SOLO ESTÁN SOBREVIVIENDO LOS MINI PRODUCTORES, gracias a INDAP, y a que no tienen ninguna otra opción productiva bajo sus actuales condiciones.

Hoy día en el Sur, casi no hay “medianos o grandes productores ovinos”. Los pocos que sobreviven comercializan sus corderos en el mercado formal, pues por el volumen de su producción tienen muy pocas posibilidades de acceder al mercado informal con ventas al detalle en la puerta del campo. Su tecnología atrasada no les permite obtener utilidades a los precios del mercado formal, que son casi un 50% inferiores al del mercado informal.

A pesar de los grandes esfuerzos de diversas entidades para que los ovinos comiencen a concretar su enorme potencial, cada día hay menos ovejas y menos ovejeros (medianos).                              (ver www.goldensheep.cl  LOS ESFUERZOS PARA EL DESARROLLO DE LA PRODUCCION OVINA).

Hace casi 10 años se instaló en Osorno el moderno matadero frigorífico MAFRISUR, que tendría la oportunidad de ser el impulsor del rubro ovino hacia su promisorio futuro.

Sería la llave para abrir los atractivos mercados internacionales, donde Chile tiene numerosos y muy favorables tratados de libre comercio. Por ejemplo, para el caso de la carne ovina, el tratado con USA está libre de aranceles y no tiene cuota de ingreso, siendo uno de los mercados más atractivos para la carne de cordero. Muy pocos países tienen esta ventaja.

Lamentablemente esta planta faenadora siempre ha trabajado  muy por debajo de su capacidad instalada, por FALTA DE CORDEROS, a pesar de que en las regiones de su ámbito de acción hay más de 500.000 ovejas y que adicionalmente han adquirido corderos desde Los Vilos hasta Aysén. Nunca han sobrepasado los 35.000 cabezas de faenamiento anual, teniendo una capacidad de 1.000 ovinos diarios. Muchas veces solo han faenado menos de 15.000 anuales. Con estas cifras no es posible cubrir los costos fijos de mantenimiento de las instalaciones y de operar en la temporada. Afortunadamente, a pesar de las dificultades económicas, ha sobrevivido seguramente apostando al futuro que avizoraron al momento de su construcción.

Una nueva actividad está comenzando a concretarse y servirá, no solo para dar una mayor ocupación a las instalaciones de la Planta Faenadora de Ovinos, sino también para solucionar una importante demanda de las grandes lecherías, como lo es el faenamiento de los terneros machos de razas lecheras, de pocos días de edad, cuya crianza es compleja y muchas veces con resultados económicos desfavorables para el criador. Son los llamados bobby calf para producir baby beef o veal, carne blanca, que en países europeos es muy apetecida. En Nueva Zelandia casi la totalidad de los terneros machos de lechería son faenados, alcanzando sobre 1,5 millones de terneros  por año, mientras que en Chile hasta ahora se sacrificaban sin ningún provecho.

LA GRAN PREGUNTA ES ¿Porqué ha fracasado este estratégico emprendimiento privado?? .

Han habido muchas respuestas, pero la real es muy simple. NO HAY CORDEROS PARA FAENAR.

Esto ocurre porque sobre el 95% de la producción tiene un importante mercado informal, que no solo no exige calidad, sino que paga un alto precio ($50.000 a $70.000) por cordero; en efectivo, sin ningún gasto en fletes, comisiones etc. y además es capaz de comprar TODOS los corderos que hoy día producen los pequeños productores, que son los que tienen la mayor parte de las ovejas de estas regiones.

Con esas condiciones de mercado, ningún canal formal de comercialización puede competir, en especial, si el mercado informal es la única forma que hoy día tienen los pequeños y mini productores ovinos para vender su producción. (ver www.goldensheep.cl UNA MIRADA A LA PRODUCCION OVINA).

Existe un círculo vicioso en que, “no hay corderos para el mercado formal, porque no hay oferta de corderos para ese mercado y no hay demanda de los consumidores urbanos (únicos que acceden al mercado formal) porque no hay corderos en dicho mercado (carnicerías, supermercados).

Tampoco se pueden satisfacer los frecuentes pedidos del extranjero de 10.000 o 20.000 corderos faenados, porque no sólo no existen, sino también porque la calidad solicitada casi no se conoce en el país: corderos pesados y magros (sobre 20 kg vara).

El mercado formal solo puede funcionar con corderos a “precio de mercado”, que está alineado, en buena parte, con el precio internacional y con el de la carne de vacuno para el mercado local, donde es la gran competidora de la carne ovina. Estos precios son  en la actualidad cercanos a $1.000 por kilo vivo, para las razas actuales, que entregan sólo un cordero NO ENGRASADO,con 30-35 kg de peso vivo como máximo . De esa forma, el precio a que podría aspirar un productor, es de $35.000 por cabeza, menos gastos de flete. Solo con corderos pesados y MAGROS, de 45-50 kg de peso vivo, podemos tener un precio por cordero similar al del mercado informal. Esos corderos hoy día no se pueden producir, principalmente  por falta de la genética adecuada y por falta de praderas de calidad.

Los productores que tecnifiquen sus explotaciones pueden pasar de un máximo actual de 3 ovejas/ha. y 90% de destete, a una producción de 1,4 corderos vendidos por oveja, con una carga de 15 ovejas/ha ,en las praderas que se pueden establecer, en la mayor parte de los suelos del sur.

Con estas cifras de productividad, bajan notoriamente los costos por kilo de cordero producido y, a pesar de vender a un menor precio, los productores  estarán en condiciones de tener ingresos muy superiores y rentabilidades positivas, en vez de las pérdidas que obtienen hoy día, con precios muy por sobre el mercado formal.

¿COMO REVERTIR ESTA SITUACIÓN?  Hay un solo camino: PRODUCIR MUCHOS MÁS CORDEROS, A MENOR COSTO Y DE MEJOR CALIDAD.

Existen dos escenarios de desarrollo:

1) En la pequeña agricultura, que mayoritariamente tiene un nivel de subsistencia.

Dentro de este gran universo de productores, hay varios miles de mini productores, con 10 ovejas de inventario y pocas posibilidades de crecer en el mediano plazo. Reciben subsidios de INDAP, que cumple un indispensable rol social y con seguridad ese será su futuro.

También hay cientos de productores pequeños, atendidos por INDAP, que tienen un enorme potencial, pues tienen el capital más escaso y valioso, que es LA TIERRA. Les falta el capital operacional, para hacer la principal inversión faltante, que es mejorar la fertilidad de sus suelos, para hacerlos capaces de establecer praderas con producciones de sobre 10 Ton. de materia seca/ha/año, frente a sus actuales, con 2 a 3 ton/ha.  Si estos productores pudieran desarrollar un emprendimiento con producción ovina intensiva, fácilmente podrían llegar a tener no menos de 300 ovejas/predio. Este potencial desarrollo, se  debe producir en forma gradual y escalonada, por ser un proceso biológico, que además incluye el desarrollo tecnológico de los productores, que en la práctica es un gran cambio cultural.

En algún momento de este  proceso de crecimiento, el actual mercado informal no será capaz de absorber el incremento de la producción. Parte importante de este aumento irá necesariamente al mercado formal, a menores precios, pero con la demanda ilimitada que da el mercado de exportación.  Estos actuales  pequeños productores se pueden convertir en medianos productores, con un nivel de vida muchísimo mejor que el actual y vivir de su propio esfuerzo y no de los subsidios sociales, que necesariamente requieren hoy día.

2.- El desarrollo de la mediana y gran ovejería, donde el tamaño debería ser de 2.500 a 3.000 ovejas por predio, que es el tamaño adecuado para un mediano productor.

Hoy día existen cientos de medianos ganaderos, con 100- 200 ha de tierra, dedicados a la producción de carne y pequeñas lecherías, que por su reducido tamaño, apenas subsisten en su actividad y deben endeudarse frecuentemente con la banca comercial, con pocas posibilidades de salir de su endeudamiento crónico. No están capitalizados y tienen muy pocas posibilidades de tecnificarse para  aumentar su productividad y tener balances positivos.

En el caso de los lecheros, que es el rubro estrella del emprendimiento ganadero del sur, estos pequeños productores son las primeras víctimas cuando baja el precio de la leche, pues su producción tiene un costo muy cercano al precio máximo del producto en los años de bonanza.

En particular los  ganaderos dedicados a la producción de terneros de carne, tienen un negocio que casi nunca produce rentabilidad positiva y cuyo volumen de ventas anuales no asegura un modesto estandar de vida, a pesar del millonario patrimonio que constituye la tierra que poseen. Muchos de ellos han salido del negocio y arriendan su tierra a grandes productores lecheros, a un valor muy superior por hectárea que el que pueden obtener, ya sea produciendo leche o carne a pequeña escala.

Sin embargo, la inmensa mayoría de este tamaño de ganaderos, quiere permanecer en su actividad, a pesar de sus frecuentes pérdidas y angustias económicas, por lo que no están dispuestos a arrendar o vender su tierra. MUEREN CON LAS BOTAS PUESTAS.

Para esta categoría de ganaderos, la alternativa más real es la acción que puede realizar la Planta Faenadora para difundir las bondades de la ovejería intensiva, a fin de que puedan gradualmente incorporar ovinos a sus explotaciones y eventualmente dedicarse en forma exclusiva a los ovinos o tener explotaciones mixtas: ovinos-bovinos, que también es una excelente alternativa.

Este radical cambio productivo, requiere una transormación tecnológica fundamental, para aplicar los conceptos de la producción intensiva y además un cambio de raza, para tener ovejas de alta prolificidad; gran producción de leche y carne magra; con ácidos grasos de mejor calidad, que no produzcan el típico olor a sebo de la carne ovina que conocemos y una grasa más saludable para el consumo humano.

XI REGIÓN:

La zona de la estepa es la que alberga la mayor cantidad de ovinos, con razas de doble propósito, que con seguridad tendrán que mejorar la calidad de su lana con nuevas razas, como la DOHNE MERINO o la MARIN MAGELLAN MEAT MERINO (4M), que sin desmejorar la producción de carne, producen lana muy fina, de un valor muy superior a la del tradicional Corriedale.

Por sus difíciles condiciones climáticas de aridez y frío extremo, esta zona de coironales tiene pocas posibilidades de aumentar o diversificar su negocio ganadero y los ovinos seguirán siendo su principal actividad.

Lejos, el gran potencial de la producción ovina, lo constituye la zona húmeda, donde se pueden desarrollar praderas de alta productividad, gracias a las condiciones climáticas. Es una zona de medianos y pequeños propietarios, que tienen el potencial de desarrollar sus predios gradualmente, a un nivel de dotación 3 a 5 veces superior al actual, en la medida que tengan un negocio rentable ; un mercado atractivo y la ayuda financiera para realizar sus inversiones.

Hoy día los medianos y pequeños productores  tienen solo dos alternativas ganaderas: producción de carne bovina o producción ovina. Mayoritariamente han optado por los bovinos de carne, la opción menos rentable, pero que tiene un fluido mercado, mayoritariamente extra regional, con la venta de terneros y novillos para engorda, que por su gran calidad genética son muy buscados por los engorderos de la zona sur.

La producción ovina se ha visto muy perjudicada, a pesar de su  elevado potencial, por falta de un mercado apropiado; por no contar con la genética adecuada y por no contar con la tecnología del manejo intensivo ovino. Su mayor carencia productiva es, sin duda, la falta de praderas de alta producción, que son fundamentales para elevar la productividad ganadera.

Los problemas que enfrenta la planta faenadora de ovinos CISNE AUSTRAL, son muy similares a los que, desde un comienzo, ha tenido, MAFRISUR en la X región. Incluso al fin de la temporada 2015-2016 cerró sus puertas. Esperemos que sea un tropiezo temporal y pronto retome sus actividades.

La Planta Faenadora  debería contar  con un predio a escala comercial, donde aplique toda la moderna tecnología requerida por la explotación ovina intensiva. Esta actividad debe enfocarse en el sector de praderas húmedas, que es donde está el verdadero futuro de la ganadería de la región.  Además debiera tomar la iniciativa de proveer la nueva genética y la asistencia técnica, tanto veterinaria como del manejo de praderas y nutricional de los ovinos

Así habría en la región una buena vitrina donde los actuales y los “nuevos ovejeros” puedan ver cómo funciona el sistema productivo intensivo.

Esta sería una inversión bastante menor respecto a lo ya invertido en la Planta Faenadora y con seguridad en el mediano plazo haría rentable la operación del matadero.

LA IMPORTANCIA DE LAS PLANTAS FAENADORAS:

Hoy día sólo Magallanes cuenta con Plantas Faenadoras de ovinos que están suficientemente abastecidas. En el resto del país sólo la planta de MAFRISUR, ubicada en Osorno, está acreditada para exportar carne ovina, pero casi no lo hace por falta de corderos.

La inversión de construir una Planta Faenadora de ovinos, que cumpla con los requisitos para exportar a los mercados más exigentes del mundo, que es donde está la mayor demanda y precios, es muy elevada.  Su importancia es enorme, no solo para el mercado internacional, sino también para el mercado local, donde casi no hay mataderos que faenen ovinos o los pocos que hay son de un tamaño muy reducido.

Es difícil imaginar el desarrollo frutícola que ha tenido el país si no existieran los packings que procesan y comercializan la producción, particularmente para el mercado internacional. También es difícil imaginarse la existencia de packings si no existieran huertos produciendo abundante fruta de excelente calidad.

En la producción ovina del sur están los mataderos pero no los corderos.

Al no haber corderos para el mercado formal, no se ha podido iniciar el despegue de un rubro como el ovino, que en teoría tiene todo lo necesario para lograr desarrollar un potencial enorme.

La zona Sur no aprovecha todas las ventajas  que tiene para producir carne ovina de primera calidad.

Están las condiciones climáticas; el mercado internacional,  que es capaz de absorber toda la futura producción,  con una demanda creciente y una producción mundial decreciente; planta faenadora de primer nivel ( funcionando solo en Osorno); con acreditaciones internacionales para exportar a los mercados más importantes; tratados de libre comercio, con cuotas crecientes sin aranceles, donde no se ocupa ni el 50% de lo pactado, otros mercados como el de USA, sin cuota ni aranceles y precios muy convenientes, pero NO HAY CORDEROS, ni en calidad ni en cantidad.

Mientras no se solucione el inicio de la cadena productiva, los corderos, no hay posibilidad de desarrollar un mercado de cientos de millones de dólares.

La presencia de una Planta Faenadora es estratégica para impulsar el potencial productivo del  rubro, pues asegura un mercado muy amplio, como lo es el mundo, ya que el mercado local es demasiado pequeño en comparación con el potencial productivo, que sobrepasa no solo el consumo local, sino también el nacional.

Al tener tratados de libre comercio con los principales importadores de carne ovina, la demanda está totalmente asegurada. Adicionalmente el mercado nacional se puede recuperar, al menos a sus niveles históricos, que eran más del doble del tamaño actual, siempre que se cuente con corderos de calidad y precio competitivo con el vacuno, tarea pendiente para los productores.